La figura del secretario municipal de Mogán, Ángel Sutil Nesta, resulta fundamental para el logro de muchas de las irregularidades que la policía, que investiga la operación Góndola, detecta en la gestión municipal. Participa en la suscripción de convenios urbanísticos que motivaron la apertura de las diligencias previas, y conoce muchas ilegalidades que se cometen, como es el caso de la depuradora de Taurito.

Pero, acostumbrado incluso a bromear con un amigo a quien cuenta en una de las llamadas registradas en el sumario de este caso que le ha dicho al alcalde "que tenían que a ir a la cárcel unos días", se llega a molestar con las presiones de la empresa Santana Cazorla S. A. para obtener con urgencia la licencia para poner en marcha la depuradora de Taurito que se encuentra en suelo agrícola.

Ángel Sutil, secretario municipal de Mogán, confiesa a su padre que Santana Cazorla "es el mayor cacique del Archipiélago, primero hace las cosas mal y después pide que se las permitan, o sea es un mafioso, un mafioso". El funcionario explica a su progenitor que la citada empresa "está presionando" para conseguir una subvención del Cabildo -350.000 euros- y para que el Ayuntamiento le conceda licencia de suelo rústico sin la calificación territorial.

El secretario habla de la situación que se produjo durante una junta de gobierno en la que se aborda el asunto, y cuenta a su padre que lo normal "sería que no te ponga entre la espada y la pared un puto promotor". Reflexiona Sutil y señala que "podían estar prevaricando si le concedían la licencia sin ajustarse al planeamiento y sin tener la calificación territorial, y por otro, podrían prevaricar por omisión por ser cómplices de un delito ecológico por verter el agua sin depurar al mar".

Ante todos estos comentarios, el padre del secretario aconseja que le podrían dar una autorización provisional por motivos de interés público, al tiempo que se percata de la dificultad de que el suelo sea rústico.

También en este asunto interviene Marcelino Martín, el funcionario jubilado que controla todo el Plan General. Martín intenta favorecer al empresario y se encarga presuntamente de promover el expediente de la depuradora de Taurito a marchas forzadas para que Santana pueda cobrar la ayuda del Cabildo. De todo esto tiene constancia el alcalde, Francisco González, puesto que en una conversación telefónica que el funcionario jubilado mantiene con un técnico al que le da órdenes para que prepare los documentos de la depuradora, ya que "el alcalde está en el tema y le va a decir algo para darle una especie de puesta en marcha provisional".

El grado de complicidad de Marcelino Martín con Santana Cazorla es tal, que dice que entiende al constructor porque "los empresarios no pueden perder dinero".

En otra conversación le comenta a una empleada del departamento de Disciplina Urbanística a quien le dice "a ver si le puedes resolver el tema al alcalde, que me metió en esto".