El pino canario es una especie forestal endémica de las Islas de reconocido valor a nivel mundial por su adaptabilidad al medio y su resistencia al fuego.

Un reciente estudio desvela que una pequeña población de centenarios Pinus canariensis -unos 120 ejemplares- que se localizan en sendas márgenes del barranco de Arguineguín a una de las cotas más bajas -entre los 200 y 500 metros de altitud- y en un ambiente casi desértico -menos de 200 milímetros de precipitación anual- es la que presenta la mayor variabilidad genética con diferencia de este árbol en toda Canarias.

Esta mayor diversidad en el ADN le confiere a esta escasa colonia del suroeste grancanario una relevancia trascendental como material forestal ante el inminente cambio climático que en latitudes similares a las del Archipiélago canario prevé un ascenso de las temperaturas de 3 a 5 grados durante el próximo siglo y una disminución de las precipitaciones. Ante esta crucial importancia el Cabildo de Gran Canaria ha creado un banco de conservación en Osorio con semillas de los singulares ejemplares del barranco de Arguineguín de las que se han obtenido ya 185 plantas.

El estudio señala además la vulnerabilidad de este pinar diseminado en las laderas del principal barranco del suroeste insular y advierte de que "el escaso número de efectivos poblacionales actuales podría suponer si no su desaparición, sí la pérdida del recurso genético por endogamia y deriva genética".

De hecho, el informe ha constatado que se produce una pérdida de diversidad genética del 25 por ciento en el transcurso de una generación.