Bhoju Belani, (Bombay, 1965) permanece con un ojo atento al más mínimo movimiento de la clientela de su terraza en una esquina principal de la plaza del Pino, Teror. Varias mesas ensombrilladas donde se ofrece comida de la India, pizzas o arroces, zumos, batidos, salsas suaves, a medio suave, o picantes como el infierno. O papas arrugadas: Lo que haga falta. "Y si no lo hay lo hacemos".

Y con el otro ojo Bhoju Belani vigila la basílica con una perseverancia pasmosa. Hinduísta, llegó con 16 años a Canarias, donde se hizo fervientemente mariano por una Virgen del Pino que, asegura, de tanto insistirle le concedió sus ruegos.

"Salud, trabajo y paz interior". Se los concedió en 1992 y él a cambio ha cumplido desde entonces al pie de la letra su encadenante promesa: Visitar a la patrona todos los domingos. Y así, durante casi 20 años ha tenido que organizar su vida de empresario con varios frentes de negocios bajo su batuta para no quebrar el juramento, de tal forma que cuando necesita, durante varias veces al año, viajar a su Bombay natal "salgo el lunes y vuelvo el sábado". Lo mismo pasa en cualquier otro trayecto, ya sea por España o por Europa.

Tan agradecido quedó el hombre "que hice los tres sacramentos: bautizo, comunión y confirmación con Vicente Rivero", -el anterior cura párroco-, "como padrino". Pero aquí no acaba el asunto. En uno de sus negocios y como contrapartida a un acuerdo "hace diez años compré una casa en Teror sin verla, solo sabía más o menos por dónde estaba".

Cuando llegó a la propiedad estaba justo enfrente de la basílica: "Otro milagro de la Virgen", sentencia. La arregló y fundó Pino Ma -Madre Pino en hindi-, un pequeño restaurante con terraza que es su primera incursión en la restauración. "Por las tardes iba y le decía: Qué cansado estoy Virgen del Pino".

"Y ella me contesta: Sí, pero ahora me ves todos los días".