La devoción a Nuestra Señora del Pino ha movido desde hace siglos a los habitantes de Gran Canaria a visitar durante todo el año su santuario en la villa de Teror a solicitar su ayuda, cumplir promesas, o simplemente visitar a la que desde siempre han considerado la Madre intercesora.

Esta costumbre de la visita anual a la santa imagen aumentaba lógicamente en los días cercanos a la celebración del 8 de septiembre y ya desde fines de agosto podían verse por los caminos de nuestra isla a los que, en solitario o en grupos, por lo general alegres y animados, se acercaban hasta ella. Hasta bien entrado el siglo XIX, tal como nos dice José Miguel Alzola en su estudio La rueda en Gran Canaria, cualquier desplazamiento interior en la isla debía hacerse a pie o sobre caballería por caminos y veredas que muy poco habían cambiado desde los años de la conquista. El ir de un pueblo a otro suponía largas jornadas de un penoso andar por caminos de herradura que no se aliviaba más que a los felices poseedores de una bestia, ya fuese arrogante yegua o burro sumiso.

Esa era la apariencia de la Romería del Pino hasta bien entrado el siglo XX: cientos, miles de canarios, que por caminos, veredillas y barrancos cumplían gozosos con el compromiso anual. Jornaleros, artesanos, campesinas o labradores propietarios sacaban de las cajas de cedro y castaño sus más ricas ropas y se disponían a visitar a la Señora del Pino. Era fiesta y como tal había que estar. Los caminos de la isla se llenaban desde la víspera con ricos arrogantes a caballo; alegres grupos de jóvenes con guitarra y timple animando la jornada y aprovechando cualquier sombra para hacer parranda; puestos de bebidas, turrón y tabaco que aparecían en cualquier recodo de las veredas; jovencitas y comadres que, tal como las describiera Luis Morote, alegraban el andar con la nota de color de sus encarnados zagalejos.

Cuidaban tanto su aspecto al llegar a Teror que, cercana ya la villa, escondían en un muro, tras una pita o en cualquier lugar que encontraran apropiado, las rotas alpargatas sucias por el andar y se ponían los mejores zapatos de que podían disponer, y las mantillas -verdadera enseña del vestir de las canarias-, que hasta aquel momento iban dobladas sobre las cabezas, se extendían y se colocaban mostrando bien claras las señales del planchado y que así completaban la limpia y respetuosa imagen con que querían llegar a los pies de la Madre.

Pero a fines de los años 40 del pasado siglo, la voluntad política y eclesiástica de los que gobernaban Gran Canaria, se centró en proteger y aumentar las fiestas en honor a la Virgen del Pino. Uno de los aspectos que primeramente se trató fue el de concretar esta romería emotiva, incontrolada pero a la vez muy participativa, dispersa y un tanto instintiva, en un acto que simbolizara el homenaje de la Isla a su Patrona y, a la vez, una ofrenda de agradecimiento por los bienes recibidos durante el año transcurrido. En este proyecto participaron Matías Vega, como presidente del Cabildo Insular y José Hernández, como alcalde de la villa de Teror; y por otro lado el obispo Pildain y el párroco de Teror, Antonio Socorro Lantigua, que colaboraron aportando distintos puntos de vista, que se vieron concretados por el trabajo de investigación que Matías Vega encargó al genial Néstor Álamo. Éste contempló otras romerías de nuestra tierra, analizó, y recreó con su desbordante imaginación lo que debía ser -excepción hecha de la procesión de la Santa Imagen - el principal acto de las fiestas.

Y hoy, ...como ayer, ...como siempre, ...la fiesta (la Romería es eso, fiesta) debe servir para unir a los pueblos, con respeto a las tradiciones y las raíces más profundas que sustentan la esencia más sublime de esos pueblos. Y después de 60 veces haciendo el camino de Teror, la Romería Ofrenda sigue exigiendo el eterno retorno a esas raíces para, pese a las lógicas modificaciones y mudanzas que traen los tiempos, no olvidar nunca los caminos espirituales, sociales, culturales que han llevado al pueblo de Gran Canaria, de toda Canarias, a su realidad actual.