Al Ayuntamiento de Telde no dejan de crecerle los enanos. El último escollo al que debe enfrentarse el actual grupo de gobierno (PP, Ciuca y CC) para superar su delicada situación económica lo ha supuesto el descubrir que casi la mitad de las 33 parcelas que quería vender para recaudar fondos prácticamente no pueden tocarse porque se encuentran hipotecadas o con otro tipo de cargas. La operación se antojaba como vital por la institución para recolectar más de 40 millones con los que liquidar una parte de la deuda incuantificada que arrastra, la relacionada con el pago de indemnizaciones impuestas tras años de lucha o incomparecencias en los juzgados.

La alcaldesa, María del Carmen Castellano (PP), acompañada por el concejal de Urbanismo y Patrimonio, Francisco López, calificó de "auténtico mazazo" la noticia tras reconocer que habían depositado muchísimas esperanzas en que a través de esta operación, a realizar por la vía de las subastas, se reduciría considerablemente los débitos del consistorio.

Según López, el gobierno local advirtió este hecho no hace mucho, cuando acudió al Registro de la Propiedad para clarificar la situación y las dimensiones de buena parte de este 'pack' de terrenos, que tienen usos que van desde el industrial al comercial, se encuentran diseminados por el casco y distintos barrios del extrarradio y suman en su conjunto una superficie superior a los 75.000 metros.

El edil popular manifestó también su extrañeza por el hecho de que el anterior pacto (NC, PSOE y CCN) fuese el encargado de lanzar y encargar a los técnicos la tramitación de los 33 expedientes de enajenación "y no se diese cuenta de que muchos de estos terrenos, los más atractivos, son parcelas que ya tienen cargas y se utilizaron para conseguir el crédito de 44 millones en 2009 con el Banco Santander Central Hispano. Otros solares no se pueden tocar porque somos simples depositarios de ellos al proceder de planes urbanísticos pendientes de desarrollar y también hay hasta casos en los que el Ayuntamiento tiene el derecho del suelo y del vuelo, pero no del subsuelo". La mayoría de las propiedades afectadas están en Arauz, La Vega, El Cascajo, El Caracol y La Mareta.