Un total de 32 carretones participaron en la tarde de ayer en la undécima edición de la carrera de estos originales vehículos que, con diseños casi inimaginables, llenaron de risas y carcajadas las principales calles del casco de San Mateo. La prueba, marcada en rojo en el calendario automovilístico de la chanza en la Isla, concitó el interés de casi un millar de vecinos, según estimaciones de la Policía Local.

Como ya viene siendo tradición, los carretones fueron construidos por los propios participantes, que, vestidos para la ocasión según su alegoría, tuvieron que vérselas y deseárselas para afrontar los tres tramos previstos por la organización: dos en las proximidades de la iglesia y un tercero por la zona del cementerio, cuyo inicio estaba previsto en torno a las siete de la tarde.

La calle de La Feria, la de Lourdes y la vuelta al Chorrillo fueron los escenarios elegidos para el desarrollo de estas desternillantes pruebas.