Las subidas y bajadas de la bandera de la Fuente Luminosa para evitar los efectos del viento tienen un coste mensual de 2.059 euros, un dinero ya incluido en los 21.387 que el Cabildo de Gran Canaria se gastará hasta final de año en el mantenimiento de la insignia de la isla, retirada el lunes a sólo 12 días de su colocación.

Estas cifras figuran en el informe técnico sobre la seguridad del mástil de 50 metros y su afección sobre la Autovía Marítima, realizado por el área de Obras Públicas del Cabildo con carácter previo al izado de la bandera y que reconoce una serie de "riesgos" en caso de que no se sigan las instrucciones sobre el mantenimiento.

El informe recoge datos y cifras que no se habían dado a conocer por parte del Cabildo, como que hay que confeccionar un mínimo de tres banderas al año porque la vida útil de las telas no sobrepasa los tres o cuatro meses. De hecho, entre la primera etapa del año 2006 y el izado del 7 de septiembre ya se han usado cinco banderas, tres de Gran Canaria (dos en buen estado y otra que "convendría desecharla"), una de Canarias (con algunas roturas) y otra de España.

Los técnicos también proponen "trasplantar o actuar sobre aquellas palmeras que puedan influir en el izado, flameo o arriado, no sólo a afectos de la durabilidad de las banderas sino como garantía de seguridad de la instalación ante posibles riesgos por enredo".

Aparte de las escasas y ambiguas referencias a la seguridad, una de las recomendaciones que más han llamado la atención a los grupos opositores es la referida al personal al cuidado de la bandera. El informe dice que "se deberá formar un equipo humano adecuado para el control, uso y mantenimiento de las banderas, bien con personal propio del Cabildo o bien mediante contratación externa".

"Sería deseable", añade, "que el personal del equipo de mantenimiento, o al menos el encargado del mismo, tuviera experiencia en el mundo de la náutica". Además, "deberá estar localizado telefónicamente las 24 horas del día, de modo que pueda actuar con la urgencia que demandan las circunstancias".

No son las únicas cualidades del encargado de la bandera, pues también "deberá tener un conocimiento preciso y actualizado de la previsión meteorológica, de modo que pueda actuar con suficiente antelación ante las inclemencias del tiempo" y "estar pendiente a los rápidos y continuados cambios de dirección del viento, que pueden dar lugar a que la bandera se enrolle en el mástil".

El viento, según el informe, no es el único enemigo de la bandera. Dada la salinidad y la polución en esa zona de la ciudad, se propone lavar las telas cada dos izados. También se recomienda retirar la bandera "en momentos de calima o abundante polvo en suspensión, pues los abrasivos gastan el tejido y debilitan las costuras".

Si fallan los cálculos meteorológicos, se desaconseja retirar la bandera en momentos de fuerte viento. En tal caso, "el encargado deberá valorar la conveniencia de arriar, probablemente de forma descontrolada y peligrosa, o mantener la bandera en su posición, con el riesgo que esto también supone".