Una inversión de 25 millones de euros y la creación de no menos 200 puestos de trabajo. Esos son, a grandes rasgos, los datos más importantes del gran centro logístico que la firma de automoción Domingo Alongo SA lleva seis años y medio intentando construir en una parcela de 83.000 metros cuadrados emplazada en la entrada al barrio de La Pardilla, según se deja atrás la GC-1. La legislación municipal se lo impide, aunque los empresarios culpan en realidad de esta parálisis a la "falta de voluntad" de los políticos.

La veterana compañía canaria no puede ejecutar a día de hoy el proyecto por los "obstáculos" que, según dice, no deja de encontrarse, gobierno tras gobierno, en la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Telde. La empresa puso sus ojos en Telde para concentrar en las proximidades de la autovía "toda nuestra actividad importadora, con las oficinas, la escuela comercial y la técnica, el centro logístico de vehículos y las instalaciones para reparaciones como equipamientos más importantes", según indicaba este martes a este rotativo el presidente del grupo, Sergio Alonso. Pero la ejecución de esta gran maqueta -de la que tan sólo se puede ver a día de hoy sobre el terreno una pequeñísima parte con el acondicionamiento de la plataforma para el almacenamiento de vehículos en stock- está a expensas del desarrollo de un plan parcial.

Esta figura urbanística es la que serviría para determinar la distribución de los espacios interiores de la explanada y su conexión con el entorno, y es ahí donde chocan las visiones de uno y otro bando. Según Urbanismo, el plan parcial elaborado por Domingo Alonso tiene una pega muy grande: contradice las determinaciones del Plan Especial de la GC-1 y, además, no asume una de las cargas previstas. "Tienen que mejorar la comunicación rodada entre el terreno, la autovía, la cercana calle de Cánovas del Castillo y la zona de Las Tapias construyendo un vial", apuntaron ayer fuentes municipales. La empresa lo niega y atribuye todo al pasotismo de la administración.