Le deben todo al mar y nos impulsan a recuperar el mar como un gran aliado y compañero". José Miguel Bravo de Laguna, presidente del Cabildo de Gran Canaria, sentenciaba así el reconocimiento que ayer les ofreció la isla a sus dos Sabios del Mar 2011, Gabriel Vielo Jiménez y José Ignacio Santana Morales, Pepe Ignacio.

La segunda edición de estos galardones, cuya entrega se celebró ayer al mediodía en la Granja Agrícola Experimental de Arucas, reunió entre otros, además de al presidente insular, al viceconsejero de Pesca del Gobierno de Canarias, Juan Manuel Soto, al rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Regidor, al consejero insular del área, José Miguel Álamo, y al teniente de alcalde de Arucas, Juan Francisco Padrón.

Además, durante el transcurso del acto se presentó el nuevo Grupo de Acción Costera, compuesto por una veintena de profesionales ligados al sector artesanal entre los que se incluyen representantes de los ayuntamientos, la propia universidad grancanaria, grupos ecologistas, además de los centros tecnológicos, acuicultores y organizaciones empresariales. Con un presupuesto de 1,2 millones de euros de fondos europeos el GAC persigue la integración de todos los colectivos involucrados en la pesca, preservar las artes tradicionales y, sobre todo, estudiar los caladeros para preservar y potenciar la sostenibilidad de los recursos.

Pero el momento emotivo llegaba con la presentación de un vídeo en el que los dos galardonados ofrecía unas pinceladas de su vida en el mar.

Vielo, Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Agaete desde 1987, pero sobre todo marinero desde los 16 años, aparecía en la cubierta de su embarcación Río Nilo con base en el puerto de Las Nieves.

Y Pepe Ignacio al timón de una embarcación de investigación. Pero ambos dijeron casi exactamente lo mismo, en dos barcos diferentes: que le debían toda la vida al mar. El biólogo confesaba que exigía "mucho espíritu de sacrificio" y el pescador que los peores momentos son "cuando hay que ir a buscar a compañeros", rematando sus mejores días en el Atlántico: la captura de dos toneladas de atunes. O el marlín de 450 kilos".