Han sido unos días muy tristes y desesperantes, porque teníamos la incertidumbre de si nos íbamos a quedar en la calle a finales de mes". Así de rotundos se mostraron tanto Estefanía Santana, de Vecindario, como Javier José Abrante, del piso de Agüimes. Los doce jóvenes sin recursos de ambos pisos pasaron una semana difícil, sin saber a dónde recurrir, pero ya el Gobierno de Canarias les ha confirmado que renuevan la subvención.

Sin embargo, los jóvenes respiraron, aunque con dudas porque no acababan de creérselo, cuando conocieron la noticia del compromiso de la Dirección General de Juventud de seguir subvencionando los dos pisos del Sureste. "Me dan una gran alegría, porque este piso es una buena oportunidad para poder estudiar y acceder a un empleo", indicó Javier José Abrante. "Nos hemos visto de repente sin tener piso ni oportunidades de alquilar, porque ni las inmobiliarias, ni la Vivienda Joven del Gobierno nos daban posibilidades para acceder a una vivienda", comentó José Manuel Benítez. "Si se cerraba el piso hubiera sido fatal, pero si es así estamos contentos", añadió.

"Estos días hemos sentido que de verdad somos una pequeña gran familia", indicaron los jóvenes del piso tutelado de Vecindario. Sus expresiones valoraban la convivencia y la disposición a colaborar para encontrar salidas a las situaciones que se les presenten. "Es un grupo muy bueno con muchas ganas de seguir adelante", resaltó la orientadora Ana Rosa Pérez.

En el piso conviven los hermanos nacidos en la ciudad argentina de Córdoba de padres canarios José Manuel y Numa Benítez Nelli, la marroquí Moufi Bahoulho y la canaria Estefanía Santana, con quienes también viven los jóvenes canarios Sofía Fernández, Yennifer Hernández y José Juan Delgado.

"Para nosotros este piso es una oportunidad para crecer como personas, defendernos en la vida y buscarnos un futuro", expresó Esfefanía. Le gustaría ser diseñadora, pero reconoce que lo tiene "muy difícil" al no disponer de recursos. Para la marroquí Moufi, la continuidad del piso "es un gran alivio. Por la falta de cariño que hemos tenido, ahora nos sentimos aquí muy a gusto, porque nos apoyamos en todo", añade, contenta de participar en una escuela taller de Vecindario. Los hermanos José Manuel y Numa reconocen que han tenido "una vida muy complicada" después de nacer en Argentina, participar en repoblaciones de tres pueblos de Teruel y llegar a Gran Canaria. Los siete jóvenes de Vecindario, además de estudiar, participan en cursos de búsqueda de empleo que les preparen para su independencia hasta los 23 años.