- La UD Las Palmas le concedió en julio la presidencia de honor de la entidad, y ahora el Cabildo el Can de Plata. ¿Qué significado le da a este reconocimiento dentro de su amplia trayectoria en el fútbol?

- Siempre es del agrado que te reconozcan tu trayectoria deportiva. Y más, después de tantos años. Ha sido una sorpresa, porque a estas alturas no lo esperaba. Cuando me lo comentó por teléfono el presidente, José Miguel Bravo de Laguna, me llevé una gran alegría. Casi no le pude contestar, porque me quedé gratamente sorprendido.

- ¿Cuándo se propuso ser futbolista profesional?

- Desde pequeño era una pasión. Dejaba los libros y la carpintería, todo por el fútbol. Ha sido una pasión. Y cuando entré en los juveniles de Las Palmas, y me hicieron ir a entrenar al primera equipo, las ilusiones se fueron convirtiendo en realidad.

- Habla de la carpintería. ¿Su futuro era el negocio familiar?

- En aquella época era un tema familiar. No pude hacer el Bachiller, y a los 15 años comencé a trabajar en la carpintería. Entonces firmé un contrato, y ahí le dije a mi padre que me iba a dedicar al fútbol hasta que llegara el cuartel. Y si no salía, volvía a la carpintería. Por suerte no volví.

- ¿Cuánto cobró en su primera nómina como futbolista?

- 1.000 pesetas, del año 60. La Unión Deportiva me daba de comer el almuerzo y la cena. Era un dinerillo en aquella época, y mejor que trabajar en la carpintería.

- ¿Uno de sus momentos más importantes sería dar el salto al primer equipo?

- Ya había ido un año antes de pretemporada con el primer equipo. Y ya ahí te haces muchas ilusiones. Debutamos en Huelva tres jugadores: León, Rafael y yo.

- ¿Hubo algún equipo grande que le tentara para irse?

- Ofertas hubo. Pero en aquella época los contratos eran leoninos. La última idea es que me quería el Atlético de Madrid, cuando tenía 29 años. Pero acababa de morir Juan Guedes, y Jesús García Panasco no quiso.

- ¿Cómo recuerda sus partidos con la selección española?

- El debut fue muy ilusionante, pero estoy más contento con uno en el que no salí hasta el minuto 43 por una lesión de un compañero, Gallego. Salí con Tonono, íbamos perdiendo 0-1 y ganamos 3-1. El equipo jugó muy bien, aunque nunca marqué un gol con la selección.

- ¿Quién le puso el nombre de El Maestro?

- Al primer periodista que se lo escuché fue a Antonio Ayala, de El Eco de Canarias.

- ¿Cuál fue el mejor y el peor momento como futbolista?

- Sin duda, el peor fue el 65, que estuve casi toda la temporada sin jugar porque me fui al cuartel en Sidi Ifni, en África. Sólo jugué cuatro partidos. Y la temporada siguiente fue nefasta, porque no cogía ritmo y lo acusé. Y el mejor para el equipo y para mí, el año que quedamos subcampeones y luego terceros, en los años 67/68 y 68/69.

- ¿Cree que la repercusión del fútbol hoy en la sociedad es desmesurada?

- Hoy en día hay más medios. Antes los futbolistas éramos más felices, porque ahora casi ni los dejan respirar. Podíamos salir a la calle, y ahora las figuras no pueden ni ir por la calle. El fútbol siempre ha arrastrado un gran impacto social, y cuando el país ha estado mal, ha tapado muchas cosas. Pero ha sido muy importante, y ahora más con el Mundial y el Europeo de la selección.

- A muchos futbolistas les cuesta superar la jubilación como futbolista. ¿Fue su caso?

- El primer año muchas veces salía de mi casa y me desviaba y parecía que iba al Estadio Insular a entrenar. Después te adaptas. Y en mi caso apenas estuve un año fuera del fútbol, porque me incorporé de segundo entrenador, y no lo he echado en falta. No cabe duda de que unos lo llevan mejor que otros.

- ¿Se entiende mejor el fútbol cuando se pasa por distintos cargos como fue su caso?

- El futbolista es muy egoísta, tiene mucho ego. Te das cuenta cuando pasas a entrenador y a otros cargos en los que tienes que mirar por la plantilla y por el club. Pero lo más bonito es jugar al fútbol y ser protagonista.

- ¿Cuál es futuro de la Unión Deportiva?

- Creo que se está por el buen camino con la cantera. Pero no podemos ser exigentes con jugadores que han salido de juveniles y de Tercera División. El equipo está dando el máximo nivel. Ha faltado suerte y casi siempre jugamos con uno menos, y eso es importante. Tengo la esperanza de que si no se llevan a los buenos jugadores, dentro de uno o dos años podamos estar en Primera División.

- ¿Es comprensible que sufra tantas expulsiones?

- Cuando se entra en una dinámica el jugador se pone nervioso, y se habla demasiado de que nos perjudican los árbitros.