La subida del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que proyecta el Ayuntamiento de Telde obligará a los vecinos del Valle de Jinámar a afrontar un incremento del 100% en el importe de sus recibos. Los 15.808 habitantes censados en los cerca de 160 bloques situados en la parte teldense comprobarán el próximo año cómo pasan de pagar una media de 50 euros por este tributo a cerca de 100, y eso a pesar de que el consistorio teldense anunció ayer que tiene previsto mantener la bonificación especial que desde hace una década permite al vecindario tener un descuento del 50%.

Sea como fuere, la subida de impuestos anunciada por la alcaldesa María del Carmen Castellano (PP) y sus socios de Coalición Canaria (CC) y Ciuca mantiene soliviantado al barrio, uno de los núcleos más masificados de la localidad donde el paro está haciendo estragos.

La mayoría de las casas sociales fueran adquiridas por los vecinos hace unos diez años al Gobierno de Canarias tras estar ocupándolas durante décadas. El Ejecutivo les vendió los inmuebles a precios módicos, muchos de ellas por debajo de los 10.000 euros, y por este motivo el valor catastral de estos hogares arroja un baremo que se mueve entre los 20.000 y los 25.000 euros. Las cuotas que se venían satisfaciendo hasta ahora iban desde los 44,62 a los 53,12 euros tras aplicar el descuento del consistorio, pero en 2012 estas cifras se incrementarán hasta los 56,23 y los 66,94 y el año que viene se situarán en 79,20 y en 94,29 euros. Sin la rebaja, los pagos se dispararían sin remisión por encima de los 150.

Inmaculada Medina era ayer una de las vecinas más indignadas. "Ya estamos pagando bastantes cosas como para encima subir el recibo. Tengo cuatro hijos, soy viuda y el único dinero que entra en casa es el que yo traiga", relata esta inquilina de un bloque próximo al centro de salud. A María Alonso tampoco le hizo gracia conocer las intenciones del consistorio. En su caso, el recibo alcanzará los 94 euros en 2013. "Yo solo tengo la ayuda de 426 euros, ¿cómo lo pago?", se preguntaba.

Y otro afectado, Ramón Morales, casi llamaba a la movilización. "No se puede seguir caminando así. Esto va acabar en una guerra o algo peor", resumía tras recordar que está sin trabajo y con un hijo de 15 años.