El Cabildo de Lanzarote conmemoró ayer el centenario de la ley de cabildos insulares de 1912, una norma que, tal y como subrayó el presidente de la institución, Pedro San Ginés, "permitió estructurar Canarias desde el punto de vista administrativo y abrió la puerta a la defensa de los ciudadanos de las islas menos pobladas en su lucha contra el abandono y la lejanía por culpa del pleito insular". Añadió que este hito legislativo e histórico amplió la visión del Archipiélago "más allá de las islas de Gran Canaria y Tenerife".

En el acto institucional celebrado en el salón de plenos, San Ginés defendió el papel de las corporaciones insulares como "garante de los intereses de los ciudadanos" y calificó de "estéril" el debate de "unas pocas voces que intentan frenar el desarrollo natural de Canarias alzándose para poner en duda la importancia de los cabildos y plantear su eliminación esgrimiendo la necesidad de adelgazar la administración pública con la crisis económica como telón de fondo".

En opinión del mandatario insular "no reconocer el papel de los cabildos en la historia de Canarias y la vigente necesidad en cada una de las islas para salvaguardar los intereses de los ciudadanos, es cerrar los ojos a una realidad evidente y reconocida por las grandes fuerzas vivas no sólo de Canarias sino del resto del Estado español, tanto ahora como en el pasado".

Tanto San Ginés como el primer presidente de la etapa democrática cabildicia en la Isla, Antonio Lorenzo, ensalzaron la labor de los promotores de la ley de Cabildos, el majorero Manuel Velázquez Cabrera, el lanzaroteño Benito Pérez Armas y el palmero Pedro Pérez Díaz, quienes "golpearon con la fuerza de sus argumentos las puertas de la incomprensión de la España continental respecto a nuestro territorio, derribaron las barreras que impedían la defensa de nuestros intereses comunes y, con su éxito, sentaron las bases de la situación administrativa de Canarias tal como la conocemos ahora".

La "historia menuda"

El 16 de marzo de 1913 se constituyó la primera corporación del Cabildo conejero. Tenía 19 consejeros y Domingo Armas Martinón, "en reñida pugna con el doctor José Molina Orosa", recordó Lorenzo, se convirtió en el primer presidente de la entidad.

Lorenzo, cronista oficial de Arrecife, detalló parte de la "historia menuda" del cabildo, "alma de la política insular" y cuya sede de la calle Real, "construida con setenta y pico mil pesetas, se encuentra hoy en ruina dolorosa". Además de San Ginés y Lorenzo asistieron a la conmemoración, entre otras autoridades civiles y militares, las expresidentas Chana Perera (primera mandataria) y María José Docal. San Ginés hizo entrega a cada ayuntamiento (Haría y Yaiza no enviaron a ningún representante al acto) de una bandera de la Isla.