Once de los 21 ayuntamientos de la isla de Gran Canaria aún no han aplicado de forma oficial el nuevo decreto estatal que conmina a los empleados de las administraciones públicas a trabajar un total de 37,5 horas a la semana frente a las 35 a las que hasta ahora venían obligados. A las puertas del verano, la reciente entrada en vigor de la Ley General de Presupuestos del Estado ha cogido con el pie cambiado a la mayoría de los consistorios y a los 7.637 empleados a los que, a día de hoy y según recuentos facilitados por las propias instituciones, entregan un sueldo.

En esta suerte de tótum revolútum de jornadas laborales en función de si el trabajo se desarrolla en la calle o en las oficinas, sólo hay tres localidades que se han salvado de hacer algún tipo de cambalache en sus procedimientos organizativos internos para contentar una de las numerosas medidas dictadas por el gabinete de Mariano Rajoy, que busca aumentar el grado de eficiencia y de productividad de funcionarios y laborales para intentar sacar de la crisis al país.

Agaete, Artenara y la Vega de San Mateo son, en concreto, los únicos que escapan de inicio al descuadre y a las previsibles quejas de los representantes sindicales. En la villa marinera, incluso, parecen haber sido visionarios con todo este asunto, pues además de trabajar ya de 8.00 a 15.00 horas de lunes a viernes -lo que suman las 35 horas habituales hasta ahora- también han acordado extender la presencia en el puesto de trabajo al menos una tarde a la semana, siempre entre las cuatro y las siete y media de la tarde. Este verano, eso sí, se han aplicado un pequeño descuento que supone que la salida matinal la efectúen a las 14.30 horas, así que deberán buscar fórmulas para recuperar el tiempo que les reclame su patrono.

Y de la costa a la cumbre. En Artenara, la docena de empleados que se contabilizan en la nómina del Ayuntamiento no dispone del consabido convenio de verano, que tantos quebraderos de cabeza ha dado estos días en media isla, y por ese mismo motivo el personal siempre ha estado trabajando desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde. Además, los miércoles redondean el asunto echando las dos horas y media que les faltan entre las 15.00 y las 17.30 horas.

En San Mateo, una de las medidas que adoptó Antonio Ortega al hacerse con el bastón de mando fue la de actualizar el horario de la plantilla. "Nos adelantamos a Rajoy", recalcaba este jueves a este rotativo tras requerirle información al respecto. Fichan a las 7.45 y a las 15.15 horas. Y aunque hubo alguna protesta aislada de los trabajadores, el horario se está cumpliendo a rajatabla. "Algún policía local puso unas alegaciones, pero la protesta quedó en eso", matiza.

Los que se han tenido que poner al día han sido Agüimes, La Aldea de San Nicolás, Santa Brígida, Tejeda, Telde, Teror y Valleseco. En la mayoría de los casos (ver tabla anexa), la existencia de convenios de verano hacía que hasta comienzos de esta misma semana el plantel enfilara hacia casa al filo de las dos de la tarde o, en el peor de los casos, unos minutos más allá. La vuelta de tuerca ha obligado a varios gobiernos locales a considerar esos acuerdos de tiempos pasados como papel mojado, y de golpe y porrazo los funcionarios y los laborales han visto que tenían que permanecer en sus puestos hasta las tres y media de la tarde o a comprometerse a devolver las horas que no cumplan en este ferragosto antes de tomarse las uvas.

¿Las fórmulas? Pues como en botica, hay de todo tipo. Los hay dispuestos a prescindir de días de libre disposición y también resignados a trabajar algún día por la tarde, como ya están planeando los socios del tripartito en Telde "para mejorar el servicio que ofrecemos a la ciudadanía", en palabras de la concejala de Personal, Sonsoles Martín Jiménez.

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En Agüimes, por ejemplo, se ofrecerá la opción de completar las 37,5 horas buscando la franja que mejor se acomode a los afectados entre las siete de la mañana y las seis y media de la tarde. Misión: hacer que nadie sufra y se pueda conciliar la vida familiar y la laboral.

En La Aldea, donde también estrenan horario esta semana, sólo 20 de las 170 personas han dado el plácet a trabajar de 8.00 a 15.30 horas. El resto, entre ellos los policías, deberán renunciar a algunos días libres, aunque en el consistorio más alejado de la capital la noticia sigue siendo los problemas para cobrar la nómina.

En Santa Brígida también se ha dado carpetazo a este asunto de la extensión de la jornada. El lunes 16 entra en vigor el nuevo horario para los 154 trabajadores. Lo normal es que la mayoría haga lo propio que los 20 citados de La Aldea, aunque desde la institución que preside Lucas Bravo de Laguna se ha aclarado que se estudiarán aquellos casos "excepcionales" que lo hagan inviable.

En Telde y en Tejeda no les ha quedado otra alternativa a sus respectivos alcaldes. Las quejas de las centrales sindicales han sido notorias, sobre todo porque su masa salarial ya estaba acostumbrada a trabajar con el estío una media de seis horas diarias. Eso se acabó.

Los otros dos ayuntamientos grancanarios donde ya cuentan con una jornada regularizada son Teror y Valleseco. En la villa mariana al alcalde Juan de Dios Ramos se le ha ocurrido solventar el problema que se le ha venido encima con una decisión cuando menos bastante pragmática: anticipar la hora de entrada un cuarto de hora y retrasar la de salida otro tanto. Si antes se fichaba a las 8.00 horas, ahora se hace a las 7.45. Y si se decía "hasta mañana" o "hasta el lunes" a las 15.00 horas, pues el gesto cordial entre compañeros se retrasa otros quince minutos. En todo caso, la inexistencia de un convenio de verano que recorte esas franjas ha ahorrado numerosas críticas. En Santa Lucía de Tirajana han hecho igual, pero con la diferencia de que sí había horario de verano.

Algo más de polémica han vivido en Valleseco. Desde el grupo de gobierno se les ha propuesto trabajar hasta las 15.00 horas; por el momento sólo un 20% de los afectados lo ha asumido. En todo caso, hay un control. El que no cumpla con las determinaciones de Madrid tendrá que recuperar sus preceptivas horas hasta alcanzar las 1.647 que tienen que tener firmadas a 31 de diciembre en el tramo final de 2012.

Por último, el grupo de los ayuntamientos que tienen pendiente de finiquitar este nuevo escollo en el camino. Arucas, con 360 empleados, vuelve a empezar las rondas de negociaciones entre los sindicatos dadas las discrepancias y contradicciones existentes entre el horario impuesto en su momento (de 8.00 a 15.00 horas) y el que se ha venido cumpliendo.

En Firgas, los 115 funcionarios y personal eventual conocerán su futuro probablemente antes de que acabe el mes y también en el norte, los galdenses, con casi 340 trabajadores en nómina tras el ERE ejecutado, se pondrán de nuevo manos a la obra con nuevas reuniones a partir de este lunes.

Ingenio forma parte de esta terna. Por ahora, sin convenio estival, salen del consistorio a las tres. Entran a las ocho de la mañana, pero no es suficiente. Tienen que trabajar para el pueblo otras 2,5 horas.

En Las Palmas de Gran Canaria, estalló la verdadera bomba de este conflicto. La decisión cuasi sorpresiva de eliminar a golpe de circular el horario de verano soliviantó al personal y metió el miedo a los vecinos de Telde. Las críticas, con 2.175 ciudadanos de la isla comiendo directamente a día de hoy de la institución, hicieron que el equipo de Juan José Cardona recapacitase y diese marcha atrás. Las horas de salida se han flexibilizado. Ahora bien, todo el mundo tendrá que cerrar 2012 contentando a Madrid.