La festividad de la Asunción de María se convirtió ayer en el día grande de la playa del actual verano, con miles de turistas e isleños al borde del mar en prácticamente todo el perímetro de Gran Canaria. El lleno era absoluto en todas y cada una de las calas y playones que celebraban así una jornada feriada bajo la tregua de una meteorología que se puede acercar peligrosamente, la próxima semana, en la que ya sería su sexta ola de calor de 2012, la tercera de agosto, y que colocaría al presente año en uno de los más tórridos de los registros.

De momento la tendencia en los modelos meteorológicos apunta a que el embate de altas temperatura se enfoca desde el norte del continente africano hacia la península, y que pasaría rozando Lanzarote y Fuertenventura a finales de esta semana o principios de la siguiente, pero en cualquier caso y de momento los alisios permitirán disfrutar de las mismas temperaturas, aunque en ligero ascenso en el litoral, hasta el próximo sábado, y con un moderado descenso en las zonas más altas de la orografía insular.

La diferencia en los termómetros con respecto a los pasados seis días fue ayer notable, según los datos registrados por la Agencia Estatal de Meteorología. La máxima de todo el Archipiélago correspondía una vez más a los altos de San Bartolomé de Tirajana, con unos más 'frescos' 32.2 grados captados a las cinco de la tarde, casi diez puntos menos que los sufridos durante el pasado fin de semana.

La misma tónica se repetía en el municipio de Valleseco, tercera marca de Canarias ayer, con unos más soportables 31,4 o en La Aldea de San Nicolás, que se quedó en 30,7 grados.

Pero donde el mercurio se mantuvo a temperatura de baño era en la costa, como los 25 grados que rondaba en las aguas de San Andrés, el Puertillo o Quintanilla. O los 29,8 de una villa de Agaete también atestada hasta los callaos de bañistas. También al borde del agua, en el barrio de San Cristóbal, con su puerto haciendo de trampolín, disfrutaban de 26,1 grados a las cuatro menos diez minutos de la tarde.

Son ya los valores normales de un mes de agosto, que han desactivado las alertas que durante seis días se mantuvieron en el panel de avisos de la Agencia, pero que se mantuvieron altos hasta el atardecer, como se podía observar en la capitalina playa de Las Canteras, prácticamente con el cartel de 'no hay entradas' por máximo aforo hasta las siete y media de la tarde.

A esa hora se alargaban las colas de los bañistas para acceder a las duchas pegadas al paseo. Igual ocurría en las playas teldenses, como en Melenara, prácticamente oculta por una enorme mancha de sombrillas, que hacían las delicias de la afición al bingo, con los cartones dispuestos en decenas de mesas que compartían el espacio con tupergués, biberones, comistrajes y demás enseres propios del marisco de la tierra. Por la otra banda de la isla, en las ya citadas playas de San Andrés o Quintanilla, así como en San Felipe, la entrada de la arena estacional que llega regularmente en los meses de agosto y septiembre, y este año además con mucha fuerza, hicieron de enorme cancha a centenares de usuarios llegados de Moya, Firgas, Valleseco o la villa de Teror.

El Puertillo, otro punto neurálgico del baño del norte, marcaba la máxima afluencia en sus recién estrenadas piscinas naturales y el paseo que da continuidad a su costa y que podrán seguir disfrutando sin grandes sofocos al menos hasta el sábado. La Aemet no ha activado aún ningún aviso para esas fechas, y prevé unos cielos tan despejados como los de ayer, salvo episodios nubosos en el norte a primeras horas de la mañana que se irán disipando a medida que transcurra la jornada. El mar también se apunta a la tregua, con unos vientos suaves y un moderado mar de fondo para disfrutar del agua.