José Alonso Morales

Pregonero de las fiestas del Pino

José Alonso Morales nació en Arico, Tenerife, en 1939, y a los seis años se mudó con su familia a Artenara. En 1963 se ordena sacerdote y también es licenciado en Filosofía. Imparte Ética, Antropología y Sociología en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Profesor del Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias, Alonso Morales ha publicado varias obras de antropología, entre ellas las Postales Apócrifas de Navidad. También asesoró el serial de LA PROVINCIA dedicado monográficamente al Pino. Mañana viernes leerá el pregón a las nueve de la noche en el pórtico de la basílica de Teror.

¿Dónde se encuentra en su salsa, en un aula o en el altar?

Yo no me divido, soy el mismo en todos sitios, a gusto en una iglesia y dando clases, porque la motivación es siempre la misma.

Y ciertamente está usted en muchos sitios, que también es director del aula Manuel Alemán...

Bueno, diga usted que poco a poco se hace lo que se puede.

Entremos en pregón. ¿Tiene la fiesta algún punto filosófico?

Antes que nada tengo que subrayar que agradezco muchísimo a las entidades que han decidido que lo lea. Es un honor, y veo el elenco de pregoneros y me meto en una lista donde hay grandes personajes. Y en cuanto a su pregunta, pues sí, desde el punto de vista antropológico la experiencia d e la fiesta da mucho de sí para reflexionar, porque es un universal cultural que se da en todos los pueblos y que expresa bastante elementos constitutivos del ser humano.

¿En qué sentido?

Ah, no, que si se lo digo se aprende usted el pregón.

Hombre, ¿no nos ofrece al menos un somero 'trailer' para ir abriendo boca?

(Risas) Hum. A ver, los elementos que intento afrontar en el pregón son, primero: la fiesta como una ruptura con el tiempo, con el tiempo de los relojes. Segundo: la fiesta es una experiencia de convivencia familiar. Y tercero: la fiesta promueve la experiencia del sueño y la utopía y en ese sueño hablo de tres símbolos de Teror, que son el pino, el agua y la luz. Y punto, no le digo más.

Me deja en ascuas, don José. Pues cuénteme su primer Pino, aunque sea.

Eso sí. De pequeño venía desde Artenara en un camión a media noche y volvíamos de madrugada. La cita era entonces de mucha gente, siempre, pero menos articulada en las actividades. Porque era una convocatoria que se celebraba conglomerada, quiero decir que la gente espontáneamente ya estaba en fiesta, y ahora se organizan actos a los cuales va la gente, que son dos cosas distintas.

¿Y no me diga que también se llegó usted a apuntar a alguna romería vestido de típico?

A la romería he ido como espectador, y he subido caminando desde Las Palmas a Teror. Es una experiencia muy intensa de camaradería y convivencia...

Apreciará diferencias de las antiguas citas a las actuales, ¿quizá más para la foto y la tele?

Ahora tiene los componentes de una sociedad contemporánea como es la secularización, el espectáculo, la masificación, que no digo que sea malo, pero que sí han teñido el estilo de la fiesta. Actualmente el espectáculo se fija por encima de todo. Pero también hay que añadir que cualquier canario sea o no creyente tiene una referencia en la Virgen de Teror, por esto las celebraciones del Pino no son solo estrictamente religiosas, sino también culturales y populares, y sobre todo un elemento constitutivo de la identidad canaria.

¿Qué es lo que la hace distinta y por qué de su convocatoria?

Por un lado que no es el programa de un pueblo, sino que es la fiesta que unifica todos los pueblos, y se ve plásticamente en la romería. En cualquier otra asisten los barrios con sus representaciones. Aquí participan los municipios y las islas. Y por otro lado, en el propio hecho de la iconografía del Pino, que creo que contiene todos los elementos de los relatos de la aparición que se producen en las diferentes culturas relacionadas con el hecho religioso: la luz, el árbol sagrado -que se contempla incluso en la Biblia con el árbol del bien y el mal-, el agua milagrosa, la veneración del ser humano, que con lleva la súplica y la petición de perdón.

¿Y usted cree que sigue vigente ese fervor?

Yo creo que la fe en la Virgen del Pino tiene una dimensión estrictamente religiosa que se ha mantenido sin ninguna duda, otra cosa muy distinta es que se haya disminuido o aumentado numéricamente.

Usted que domina bien el tema, ¿es la Virgen del Pino la patrona de Canarias?

En esto no pienso gastarme ni una pizca de saliva, porque es un tema tan irrelevante para un cristiano que me indigna su debate. Para mí es una misma madre con dos fotografías, y miro para una foto o la otra según me evoque en cada momento.

¿Eso me lo dice porque nació usted en Tenerife?

(Risas). No, no, se lo aseguro, si llego a nacer en Gran Canaria se lo contestaría igual.

Una última pista, ¿será un pregón de los de acampar o una entrega más ligera?

No se preocupe, que en media hora lo acabamos.