"Hoy no tengo un día menos, tengo un día más", decía en su poema el joven escritor teldense Mariano Rupérez al referirse a los mayores, esas "personas veteranas en el camino de la vida", que ayer celebraban su día en la plaza de San Gregorio del municipio entre canciones populares y trajes regionales.

La agrupación folclórica Gran Faycán, con cuerpo de baile incluido, del Centro de Mayores de la ciudad, tiene la importante misión de amenizar el acto de apertura de la II Semana de los Mayores. Encuentro al que acuden la alcaldesa, María del Carmen Castellano, la directora de gobierno, Minerva Santana, que dirige la Concejalía de Asuntos Sociales. Ambas estuvieron acompañadas por el escritor Rupérez. Desde temprano ultiman los detalles de lo que será el pistoletazo de salida a siete días cargados de actividades.

Quieren compartir el fruto de su trabajo, que con empeño han realizado a lo largo de todo el año. Vestidos y toquillas de macramé, colchas con retales de tela, manteles bordados y sandalias, entre otras muchas cosas, fueron algunas de las prendas expuestas para orgullo de Nely Mejías, profesora de costura.

Mientras, más rebosantes de vida que nunca, tomaban posiciones los bailarines para mostrar lo que con tanto tiempo e ilusión llevan preparando. Comienza a sonar la Berlina Herreña y Benita Rodríguez, monitora de baile, da la señal para que sus 22 alumnos comiencen a seguir el ritmo. "Algunos pasos los preparamos en varios meses", detalló esta profesora que lleva dos años dando clases los viernes. Sin embargo, "en una o dos veces pillamos todos los pasos", apostilló Victoria Pérez, de 76 años.

Embelesada observa el movimiento Rosa Díaz, que a sus 62 años conoce bien la letra de las canciones. Su marido, Macario Rodríguez, es uno de los vocalistas del grupo folclórico. "Yo no tengo oído, lo mío son más las labores como el macramé o el ganchillo", aseguró esta experta en costura. Ella, que lleva dos años en los talleres del Centro de Mayores, está convencida de que "si no llega a ser por el centro mucha gente buena en diferentes trabajos no podrían realizarlos y es muy importante conservar y mantener las tradiciones".

A Rosa Díaz tampoco se le da bien la informática, según aseguró. No obstante, la oferta es amplia y los más mayores de Telde no solo pueden aprender en el centro a coser, cantar o bailar, también a pintar en tela o al óleo, así como hacer yoga y manualidades.