La fiesta era en honor a la Virgen del Pilar, aunque los protagonistas de la mayor parte de la mañana fueron otros. Con el pelaje brillante y el desconcierto que provoca madrugar y salir del hogar con destino incierto, llegó el casi medio centenar de animales a la Feria de Ganado, que año tras año, se celebra del barrio teldense de Valle de los Nueve Alto y a la que acudieron en torno a los 150 vecinos.

Todos sabían dónde tenían que colocarse. 13 Vacas y toros del país justo a la entrada, para dejar allá al fondo al ganado caprino con sus 20 representantes y a Pompones, la única oveja participante. Los caballos se hicieron esperar más, ya que en un principio, y hasta bien entrada la mañana, tan solo dos ejemplares hicieron acto de presencia. Al igual que dos fueron también los primos hermanos de los équidos, los burros que no quisieron perderse tampoco este encuentro.

Ya han pasado unas cuatro décadas desde que esta exhibición de animales tomase rumbo y a día de hoy, a logrado perpetuarse y sobrevivir a unos tiempos difíciles para la ganadería. "Es la única feria de ganado de Telde", aseguró David Rodríguez González. Él aún no había nacido cuando antaño, los vecinos del Valle de los Nueve acudían a esta reunión anual, para rendir homenaje a la patrona y después vender y comprar reses. Sin embargo, a sus 25 años, Rodríguez es el más joven de su gremio en la zona.

"Desde que tengo uso de razón he estado en contacto con la ganadería y la agricultura, ya que desde muy niño, acompañaba a mi vecino Tomás Santana Calixto a trabajar y a los encuentros ganaderos que había en el municipio". Tanto es así, que con emoción recuerda cómo antes de ir al colegio, con unos diez años de edad, se ponía el despertador a las cuatro de la madrugada para ir con el ya fallecido Tomás Santana y con el burro a arar la tierra. "Un día el director de la escuela le dijo a mi madre que si era ella la que me mandaba a trabajar porque la gente le había dicho que me veían muy temprano volver del campo", detalló entre risas.

Un amor a la naturaleza heredado de su maestro y que sigue muy presente en cada jornada laboral en la que el joven, que no inexperto, agricultor declaró "aprender continuamente". En su media fanega de tierras, donde cultiva desde papas y cebollas, hasta ajos, millo y forrajera, Rodríguez pone también esmero en el cuidado de su cuarteto caprino, al que ha bautizado según los colores como: la Blanca, Majorera, la Rusia y el Macho Cholío.

"Hay que cuidar la tierra, el agua y los animales". Esa fue el mayor legado que en cuanto a sabiduría le dejó su maestro (en cuya memoria se entrega el primer premio a los animales de la feria) a David Rodríguez. Por eso, junto a otros ocho compañeros, están tramitando la creación de una asociación de jóvenes agricultores que tomen el testigo de los mayores. De momento, él ha sido el encargado de hacer posible, en su totalidad, el evento local, cuyo colofón llegó de la mano del veterinario Sergio Florido.

El criterio fundamental fue el buen estado del animal. Primero una revisión exhaustiva de ubres, grupas, cuernos, pezuñas, así como de la buena presencia e higiene del ganado concursante. El veredicto final llegó casi a la hora de desfilar para la Virgen del Pilar, que espera en la pequeña ermita a que los vecinos se vayan congregando en la plaza del pueblo, para continuar con la fiesta y la comida.

Los primeros galardonados son Mariposa y Osco. Este último es uno de los astados del país que ha llevado Leocadio Reina, quien acunado en una familia de tradición ganadera, no se pierde ninguna de las ferias locales. "Participo desde siempre con alguno de los 34 animales que, como hobby, ahora mismo tengo", apostilló el ganadero ganador. Laureados también fueron la cabra de nombre Pintada, el burro Platita, el caballo Dorado y como no, la única en su categoría ovejuna, Pompones.

Todo una victoria digna de alegría para los dueños de estas celebrities del reino animal, ya que como premio a las características morfológicas y reproductivas de sus bestias, todos recibieron, además del trofeo y el dinero correspondiente, una botella de ron y un lote de pienso donado en su totalidad por empresas privadas de la zona, "cuya labor ha sido muy importante para el desarrollo de esta actividad", aseveró Rodríguez. Y como lo importante es participar, el resto también se llevó su parné.