El Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria compra cinco millones de litros de agua depurada a la Mancomunidad Intermunicipal del Sureste para regar los cultivos de la comarca para paliar la sequía. Así lo manifestó ayer su presidente, Antonio Morales, apuntando que desde mayo han empezado a vender agua depurada al estar mermados el caudal de las presas y pozos del Sureste por la falta de lluvias.

En agosto ascendió hasta 7,5 millones de litros el agua depurada vendida, al convertirse en el mes en que se ha notado más la sequía. La Mancomunidad ofrece a 40 céntimos el metro cúbico al Consejo Insular de Aguas, entidad que se la vende y la distribuye, a su vez, a los agricultores a 17,5 euros por cada 36.000 litros de agua.

Precisamente, desde ayer la Mancomunidad dispone de una tercera planta de depuración en el polígono de Arinaga junto al puerto, con una capacidad de seis millones de litros al día, que unida a las otras dos pueden depurar un total de 18 millones de litros. Así lo expresó ante unos 60 técnicos, agricultores, empresarios y cargos públicos de Santa Lucía, Agüimes e Ingenio y Consejo Insular de Aguas, Antonio Morales, en la inauguración de los seis nuevos depósitos de depuración de las aguas residuales de los 130.000 habitantes del Sureste y de los núcleos de Juan Grande, Castillo del Romeral, Aldea Blanca, Matorral y Rodeo de San Bartolomé de Tirajana.

En estos momentos, el Sureste depura 14 millones de litros de aguas residuales, de los cuales ocho millones se vierten al mar y los otros seis millones se destinan, a través del terciario, a regadío. En concreto, mil metros cúbicos se usan para regar las zonas verdes del polígono de Arinaga y Vecindario; y cinco millones de litros a los cultivos de exportación y de hortalizas de la costa de Santa Lucía, Ingenio y Agüimes.

Morales aseguró que el Sureste dispone de agua desalada y depurada suficiente tanto para la población, como para el regadío. El también regidor de Agüimes recordó que, junto con los alcaldes de Santa Lucía e Ingenio, Carmelo Ramírez y Juan José Espino, constituyeron la Mancomunidad en 1990 para afrontar los graves problemas que estaba causando la falta de agua en la comarca. Ahora el Sureste dispone de una desaladora con capacidad de producir 33 millones de litros de agua potable al día y una depuradora que recicla otros 14 millones de litros.

En tal sentido, las cooperativas y agricultores de los tres municipios lamentan que la mayoría del agua depurada vaya a parar al mar a través de un emisario y no para regar. El expresidente de la Cooperativa de San Rafael de Vecindario y agricultor, Blas Sánchez, manifestó ayer que "no tiene sentido que se desaproveche el agua depurada, que es la mejor de la isla, y no se utilice en la agricultura". "El Consejo Insular de Aguas debería comprar más agua de la depuradora, que es de mejor calidad que la que se está usando para regar nuestros cultivos", señaló.

Inversión en la planta

En cuanto a la ampliación depuradora, su coste asciende a 5,4 millones de euros, de los cuales 4,6 millones de euros los ha aportado el Consejo Insular de Aguas. El consejero Francisco Santana valoró positivamente la colaboración entre el Consejo y la Mancomunidad en todos los proyectos hidráulicos. Morales apuntó que entre las tres depuradoras, el terciario, la red y los depósitos se han invertido desde 1994 unos 18 millones de euros.

Respecto al nuevo equipamiento inaugurado ayer, corresponde al empresario canario de origen sirio Yarob Tilouni Yosef el diseño de su sistema de microfiltración que, por medio de arena y aire, depura aguas residuales para su reutilización en el riego de jardines, parques y otros usos como campos de golf. "La calidad de esta agua tratada es similar a la del agua potable", expresaron tanto Yarob Tilouni como Antonio Morales.