La lluvia y el viento que sopló ayer en San Bartolomé de Tirajana impidieron a los turistas disfrutar de una jornada de playa. A las once de la mañana cayó una buena descarga de agua sobre las playas, y aunque llegó a clarear más tarde, se quedaron desiertas el resto del día. Además, ante la bravura del viento, que rompió incluso varias hamacas en el sector ocho de Playa del Inglés, la concejalía de Playas de San Bartolomé de Tirajana, que dirige José Carlos Álamo, decidió cerrar todos los sectores de sombrillas y tumbonas sobre el mediodía. También el mal tiempo espantó a los turistas que se acercaron al mercadillo de San Fernando de Maspalomas. En tanto que los puestos están al aire libre, el agua incomodó tanto las compras que los turistas optaron por refugiarse en los establecimientos turísticos. Si bien el viento obligó a algún vendedor a recoger el puesto, la mayoría terminó por hacer lo mismo al ver que el tiempo era poco propicio para estar de compras.

La fuerza de Eolo provocó un buen susto en el hotel Villa del Conde, del grupo Lopesan, ya que destrozó una cristalera que conecta la recepción con las piscinas, y por efecto chimenea el fuerte aire que se acumuló en el interior también rompió la cúpula de este establecimiento de cinco estrellas. Horas después este techo fabricado en material sintético para dejar pasar la luz al interior fue repuesta.

Los efectos de la tormenta se hicieron notar también en las instalaciones municipales de San Fernando de Maspalomas donde cayeron al suelo varias vallas. Pero el agua caída en la costa, unos 19 litros por metro cuadrado fue poca en comparación con los 80 que se recogieron en Lomos de Pedro Afonso.