El descenso en carretón por Lomo La Mesa-Pascualillo, en Valleseco, es una travesía solo apta para experimentados conductores porque la fuerte pendiente hace que el bólido gane tal velocidad, que se corre el riesgo de salir despedido en una curva y terminar empotrado en un árbol. Sólo al final del trayecto, que se alarga casi un kilómetro, había una barrera de ruedas de coches para frenar los golpes, mientras que en el resto del camino los pilotos se la jugaron con su cuerpo. La prueba organizada por los Amigos de los Carretones de Valleseco con motivo de las fiestas de la castaña comenzó con 35 inscritos entre carretones y triciclos (tribikes) pero tras la prueba de entrenamiento quedaron 21 bólidos y seis triciclos. El reto de ayer era superar el récord de 56 segundos, que ostenta el piloto de rally, Raúl Quesada.

Lograr este objetivo provocó que en el primer tramo bajaran todos a tal velocidad que algunos acabaron accidentados. Hasta los espectadores, las madres, novias, y amigas de los corredores, y algunos curiosos, coincidían en que la carrera de Lomo La Mesa-Pascualillo era la más peligrosa de las que habían visto. Cuando los jóvenes Ismael Ramírez, piloto y su copiloto Jesús Falcón perdieron el control en una curva, a la izquierda, y se fueron contra un árbol el graderío gritó, y se llevó las manos a la cabeza. "Fue por exceso de confianza, pero me voy a tirar otra vez" manifestó Ismael Ramírez, un joven de 19 años, que además, apuntó que en esta competición "no se puede frenar porque el que frena no gana". Mientras este piloto esperaba que le ayudaran a subir el carretón a la zona de salida, para seguir la competición, su compañero, Jesús Falcón, se ponía hielo en una rodilla y aunque intentaba no darle importancia a la lesión,acabó siendo trasladado al ambulatorio de Valleseco. Antes, una joven que se presentó como enfermera, le había dicho, que "no era normal que la rodilla se le hinchara tanto", pero él, ante tantas mujeres a su lado, quiso quitarle dolor al asunto.

Una de las espectadoras que más sufrió fue la madre de Alejandro Montesdeoca. Tras ver como derrapó el bólido en el que iba su hijo, copiloto de Borja Santana, en esta misma curva, comentó que se trataba de un circuito muy peligroso. Sin embargo, su vástago, cuando se preparaba para lanzarse por segunda vez, comentó que "valía la pena arriesgarse porque se soltaba mucha adrenalina". Este fue el argumento que dieron los jóvenes corredores para justificar los riesgos de este trazado. Además, este piloto bromeaba diciendo que cuando pasara por donde estaba su madre iba a intentar ir algo más despacio. Por su parte, Borja Santana, de Arucas, que pilotaba el carretón siniestrado, explicó que las ruedas no tenían goma suficiente para esta prueba, pero achacó el incidente a que la vía no estaba en buenas condiciones porque debido al viento había mucha tierra y hojas secas. Con el pantalón vaquero llenó de cinta americana para tapar los rotos del golpe, llegó a reconocer que "en esta carrera de Valleseco, con curvas entrelazadas, es donde se viven las peores experiencias a bordo de un carretón".

Entre los espectadores, asustados de ver los recientes impactos, llamó la atención la participación del niño Alexis Pérez Pérez , de catorce años, que iba con su padre Alexis Pérez Hernández en el bólido con el número dieciocho. Pero si bien entre el público consideraban que no era una prueba para el niño, su madre María del Pino Pérez García, disfrutaba como si nada de la competición. Eso, sí, aseguró que su hijo no pudo participar en la carrera de carretones de su pueblo, Teror, por ser menor de edad, y entonces participó ella en su lugar. La razón que dió María del Pino Pérez para no acompañar a su marido fue que "le daba miedo" la fuerte pendiente del trayecto de Valleseco. "En Teror corrí como si nada y me lo pasé de lo lindo" añadió, mientras su amiga Candy Díaz, que le acompañó en la travesía atestiguaba lo divertido que fue esa carrera. Además, Candy Díaz, que vive en Vecindario, estaba emocionada porque su marido Nicanor Vega, acaba de pasar en su vehículo, que llevaba el número 12.

Además, de riesgo, este descenso de Valleseco es una muestra de lo como se puede fabricar un coche con más o menos lujo, en función del bolsillo. Jacob Reyes señaló que "como trabaja", se ha podido gastar 1.000 euros, aunque lo más caro han sido los frenos hidraúlicos, pero Álvaro Santana lo fabricó con sólo 200 euros porque aprovechó las ruedas de otro. Finalmente, el mejor tiempo, 54 segundos lo consiguió Carlos Arencibia, que se llevó el primer premio (50 euros). En segunda posición quedó Arón Vega, que en este caso recibió 30 euros, mientras que Federico Guedes, en tercer lugar, ganó 20 euros. El resto se conformó con la emoción de una tarde a toda mecha.