Los suecos llegaron a San Agustín en 1962 y confían en que el Caballo Dalecarlia permanezca en ese lugar "los próximos 50 años", se- ñaló la cónsul Ann Kristin Ekstrand antes de que la embajadora en España, Cecilia Julin, y el alcalde de San Bartolomé, Marco Aurelio Pérez, descubrieran la estatua realizada por la escultora, Marta Von Poroszlay, una artista cuya familia se refugió en Suecia tras la revolución húngara y que por avatares de la vida también ha acabado en las Islas. Puesto que se trataba de simbolizar la unión entre ambas culturas, el acto se inició con un toque de llamada a los asistentes con un cuerno escandinavo y un bucio isleño.

La cónsul Ekstrand recordó que los primeros suecos que llegaron al sur de Gran Canaria encontraron una tierra casi desértica, pero hubo visionarios como Sven Kviborg que detectaron las posibilidades turísticas de San Agustín y construyeron las urbanizaciones Nueva Suecia, Los Caracoles y Rocas Rojas. El pasado febrero, siete residentes nórdicos crearon el comité Los Suecos y conmemoran durante estos días aquellos acontecimientos. El programa concluye mañana con una carrera popular patrocinada por la Clínica Roca, del grupo Hospiten, que donará cinco euros a Cáritas por cada corredor que se inscriba.

La iniciativa de Los Suecos tuvo ayer el respaldo de la embajadora Cecilia Julin, que aseguró estar "encantada" en su primera visita a la Isla. "Es raro ver a un sueco que no haya estado nunca en Canarias y yo incumplo los cálculos matemáticos, que dicen que cada sueco ha estado 2,5 veces en estas islas durante los últimos 50 años", señaló Julin, quien confesó que tras pasar unas horas en la playa comprende mejor la preferencias de sus compatriotas por Canarias.

"El turismo sueco en España empezó hace muchos siglos con los vikingos, pero eran unos visitantes algo brutales y nunca llegaron a estas islas; en los años 70 llegaron las suecas con sus bikinis y después con la mitad del bikini, también montando un escándalo, pero más pacífico que el de los vikingos", bromeó la embajadora.

El alcalde Marco Aurelio Pérez resaltó que "muchos suecos se han quedado para siempre en este rincón de San Agustín y el municipio se siente orgulloso de tenerlos como vecinos".