Un vistoso mural de 12 metros de largo con una bucólica estampa del casco de Telde elaborado por Elías Marrero en 1997 cubre la pared del fondo. Sobre la tarima, decenas de casas canarias, molinos, piedras y cables por camuflar. Y al pie de todo este tinglado, con un bastón y muy "decepcionado" hace aspavientos Don José Sánchez, que vuelve a montar su tradicional belén canario a la vera de la iglesia de San Gregorio. "Tiene que llover mucho para que yo vuelva a hacer esto", sentencia mirando su obra aún en ciernes. Al célebre artesano se le veía ayer dolido, y mucho, por todo lo que ha tenido que batallar con el Ayuntamiento de Telde para armar su belén. La falta de dinero está en la base del conflicto, pero una subvención del Cabildo ha logrado mantener una tradición que Sánchez lleva cumpliendo los últimos 45 de sus 78 años de vida.

"Esta gente no ha puesto interés", "con ellos no se puede trabajar" o "por aquí no ha aparecido ni el concejal de Cultura" eran algunos de los lamentos que ayer realizaba mientras unos pocos operarios remataban una tarima en la que en unos días lucirán medio centenar de casas, 300 figuras, una docena de molinos, un salto de agua y hasta un hilo musical de villancicos cortesía del propio Sánchez. "Eso sí, esto no está listo hasta el día 21 porque he empezado tarde por su culpa [la de los políticos]", recalca.

Quejas aparte, la composición de este año, que nunca se había estrenado con la Nochebuena tan próxima, también trae novedades. Su creador ha clonado un inmueble de La Montañeta de San Juan y ya tiene listas para su estreno tres figuras "compradas por internet y que me han costado más de 160 euros cada una".

El niño Jesús, con permiso de las penurias municipales, vendrá al mundo en un antiguo establo que el abuelo de Don José tenía poblado de vacas en El Cascajo. La recreación incluye buey, mula y Reyes Magos. Lo que no se sabe es si el año que viene repite.