El albergue de Juncalillo de Gáldar reabrió ayer sus puertas tras casi una década cerrado al público. El centro dispone de ocho habitaciones dobles y una triple, cada una de las cuales está rebautizada con el nombre de una planta autóctona. La empresa privada que gestionará la instalación municipal durante 20 años pretende atrae a los amantes del turismo rural, y a muchos seguidores de la gastronomía canaria.

"Este es un lugar para el descanso y para la práctica de actividades relacionadas con el turismo rural". Antonio Martín, que junto a su esposa Tania Espino y su hija, Cathaysa, ha apostado por este proyecto, agradeció la colaboración que han tenido desde el primer momento. En este sentido, el alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa Monzón, recalcó que el albergue "permitirá acercar al visitante a la Canarias más auténtica, la riqueza y belleza de su paisaje natural, a la historia y a las costumbres de esta tierra".

La empresa mantendrá su colaboración con la empresa Nortetrek para la realización de actividades de senderismo, ciclismo y otras relacionadas con la naturaleza.

Al acto asistieron empresario, el párroco y distintos concejales de Gáldar.