El Cabildo de Gran Canaria conmemoró ayer su centenario con una llamada a resistir otros cien años. La reforma de las administraciones públicas que prepara el Gobierno de España crea en el Archipiélago una situación similar a la que se dio a principios del siglo XX, en que hay que definir el papel de cada institución para aclarar competencias y evitar que se dupliquen los servicios, un proceso en el que los cabildos insulares deben salir "fortalecidos".

En ese sentido se pronunciaron el presidente José Miguel Bravo de Laguna, el ministro José Manuel Soria y el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, durante el acto de la entrega de Honores y Distinciones de Gran Canaria, que congregó a un millar de personas en el Auditorio Alfredo Kraus. En la ceremonia se mezclaron los anhelos políticos con los reconocimientos a los hijos ilustres de la Isla, y fueron estos últimos los más aplaudidos, sobre todo los que realizan una labor social en sustitución de las propias instituciones públicas, caso de Radio Ecca, la Parroquia de San Pedro de La Isleta o Médicos del Mundo.

Bravo de Laguna levantó algunos aplausos al insinuar que Tenerife pretende "imponer" su hegemonía a través del Gobierno de canarias, evitando con ello que la isla de Gran Canaria se sitúe en el lugar que le corresponde. Sin embargo, su discurso ni siquiera tuvo un claro receptor, pues en la sala no había ningún representante del Ejecutivo autonómico. Estaba invitado el número dos del Gobierno regional, José Miguel Pérez, en su condición de expresidente del propio Cabildo, pero no asistió. Fue una de las ausencias más comentadas durante el cóctel, como la de otros dos expresidentes, Lorenzo Olarte y María Eugenia Márquez. Si acudieron José Macías y José Manuel Soria.

Al referirse a la efemérides del Cabildo, Bravo de Laguna dijo que "cien años es un número redondo e irrepetible, muy importante para hacer balance, una mirada al pasado; pero también un número para girar alguna reflexión hacia el futuro, pues hoy, es cierto, termina un siglo de existencia, pero hoy también es el primer día de los próximos cien años, del segundo centenario".

El jefe del gobierno insular dijo que resumir cien años de historia de una institución como ésta "no es fácil", pues él hace el número treinta de los presidentes, "más cientos de consejeros, miles de funcionarios, y restante personal al servicio del Cabildo, que, han realizado una labor inconmensurable, que ha transformado la isla".

Los retos

En su opinión, Gran Canaria "no sería hoy la misma sin su Cabildo, desde la educación o la sanidad, los asuntos sociales, el impulso de los municipios, el desarrollo de las infraestructuras de carreteras, puertos y aeropuerto, la repoblación forestal y el medio ambiente, la agricultura, la ganadería, la pesca, la artesanía, el comercio, la cultura, el deporte, la hacienda propia, la industria y el turismo".

A la hora de afrontar los nuevos retos, Bravo de Laguna recordó que el Cabildo ha superado un siglo de existencia "en medio de avatares y modelos políticos y administrativos muy diversos, que avalan su consistencia y su pervivencia". Así, señaló que ha resistido en democracia, dos dictaduras, monarquía y república, guerras mundiales y crisis impresionantes. "El Cabildo como nuestro Roque Nublo imbatible, ha permanecido al servicio de Gran Canaria; desde sus modestas 256.000 pesetas del presupuesto inicial a los 536 millones de euros actuales, su existencia refleja la bondad del modelo, pues como acertadamente se dijo en las Cortes, no hay realidad geográfica más nítida que una isla, y el Cabildo es a la isla "como el guante a la mano".

El futuro de los cabildos también fue abordado por el ministro de Industria y Turismo, José Manuel Soria, durante un encuentro previo con periodistas. "Los cabildos han sido instituciones fundamentales para Canarias desde el punto de vista político, económico y social, y yo puedo dar fe de ello porque tuve el honor de ser presidente durante cuatro años, en el mandato de 2003-2007; por tanto, creo que deben jugar un papel central y básico en todo el entramado administrativo del Archipiélago", apuntó el ministro.

Los discursos de Bravo de Laguna y Jesús Posada no gustaron a los tres grupos de oposición de la corporación insular. En el primer caso, por introducir un elemento insularista y de confrontación con Tenerife sin concretar cuáles son esas hipotéticos desagravios del Gobierno de Paulino Rivero y José Miguel Pérez contra Gran Canaria. Los representantes de PSOE, NC y CC también coincidieron en que el discurso es similar al del año pasado, sin que se noten mejorías en problemas como el paro o las carreteras. En el caso de Posada, recriminaron que interviniera en nombre de los premiados, en vez de dejar hablar a uno de ellos.