Juan Padrón, presidente del grupo Jupama, y uno de los empresarios que cuenta con más locales en el centro comercial Kasbah de Playa del Inglés, declaró ayer que" este establecimiento tendría que haberse derribado hace ya varios años". Padrón explicó que precisamente hace ocho o nueve años intentó promover la construcción de un nuevo establecimiento, y hasta contaba con financiación, pero hubo tres comuneros que se opusieron, y como la legislación que regula las comunidades de propietarios obliga a que haya unanimidad en estos caso, finalmente no se pudo llevar a cabo. "Si antes que la banca te daba todo lo que le pidieras no se logró tirar abajo la Kasbah ahora que lo que falla es el dinero va a ser más complicado que se puede conseguir" sentenció.

El presidente de Jupama reconoció que este tipo de establecimiento, que se levantó hace más de cuarenta años, no responde a los servicios que demandan hoy los consumidores, y sobre todo, a lo que esperan encontrar los turistas que visitan la Isla. Por ello, defendió que lo que necesita el Sur es "centros comerciales más modernos que animen a los turistas a entrar". Así, puso de ejemplo que lo que hay que hacer en el Sur es construir inmuebles como el centro Rubimar, que levantó el grupo Jupama en la zona turística de Playa Blanca, en Lanzarote.

Juan Padrón comentó que el proyecto de reforma que se intentó llevar a cabo en la Kasbah contemplaba una estructura mucho más moderna, de tal forma, que en los sótanos donde hoy hay locales se destinaba a plazas de garage, y además, el centro ganaba espacio porque la actual la zona de aparcamientos, ubicada en la trasera de la entrada, se integraba dentro de la oferta comercial. El presidente de Jupama insistió que el estado que presenta la Kasbah y otros centros comerciales del Sur está "fastidiando los negocios y muchos empresarios se hayan visto obligados a cerrar".

La decisión del Metro

Por su parte, el vicepresidente del Metro, Miguel Ángel Rodríguez Cárdenes, anunció ayer que la junta general de este centro abordará el próximo mes de abril el proyecto de derribo. Este empresario aseguró que por fin los comuneros se han concienciado de que no queda más remedio que tirar y construir un nuevo edificio ya que es imposible renovar manteniendo el diseño que se hizo en los años setenta. Si bien ya disponen incluso de un proyecto arquitectónico de cómo sería el nuevo Metro de Playa del Inglés, Rodríguez Cárdenes dijo que no podía dar detallles ni de cómo serían las instalaciones ni la inversión que supone la obra, porque es una cuestión que primero deben abordar los propietarios en la próxima junta. Eso sí, avanzó que muchos propietarios pueden incluso ganar espacio ya que ahora hay locales de apenas trece metros cuadrados, superficie que no se concibe en la actualidad para montar un negocio.