Como si de un vellocino de oro se tratase, 29 empresarios hosteleros se lanzaron ayer a la caza y captura de los que probablemente sean hoy día los locales más codiciados del Ayuntamiento de Telde: los seis del paseo de Melenara, por los que pujaron a través de 62 ofertas.

El consistorio ha optado por rentabilizar este corredor y sacar a concurso su alquiler [el concejal de Urbanismo, Francisco López, aseguró que sólo pagaban un par de ellos] mediante un procedimiento en el que no sólo se tendría en cuenta la oferta económica más alta a la hora, sino también las mejoras que los licitadores añadirían al dinero dispuesto a desembolsar. El caso es que ayer todos se vieron las caras en una histórica mesa de Contratación en la corporación por aquello de ser la primera en la que se permitía la presencia de periodistas. El propio López, escoltado por sendas abogadas, el interventor, el secretario, una funcionaria y cuatro ediles más fue el encargado de invertir una hora y media en la lectura de las 62 ofertas.

Y su gesto equivalió a abrir una especie de caja de Pandora en la que se pudo escuchar de todo: desde propuestas de pago de alquiler inferiores al precio tipo de licitación -lo que suponía su rechazo automático- hasta otras que para muchos de los presentes eran mera utopía, como la de un inversor que se comprometía a abonar 75.000 euros al año por uno de los locales, "salvo que lo que se pretenda sea perder dinero", susurró uno de los contendientes.

De doce a seis

Los antiguos doce locales fueron reagrupados en seis, identificados con letras - de la A a la F- y con unas medidas que iban de los 35 a los 120 metros cuadrados. Varios de sus antiguos propietarios también lucharon en la subasta, como Mari Carmen Santana -más conocida como La rubia por todo Telde- y no dejaron de llamar la atención sobre la situación económica que vive Melenara. "Todo lo que brilla no es oro", vino a matizar.

Así, al local A se presentaron 11 ofertas con alquileres que iban desde los 12.000 a los 18.000 euros anuales; al B optaban otras 9, con un tope máximo de 24.391 euros; el C, con importes más módicos, concitó el interés de 16 empresarios; el D atrajo a 8 hosteleros; el E, a 5; y el F, a otros 13. Lo más llamativo eran las ofertas de las mejoras: desde pagar de su bolsillo el arreglo de la escultura del Neptuno y parte de los gastos de mantenimiento y limpieza de la playa hasta la compra de un desfibrilador, sillas anfibias, la instalación de wi-fi o el patrocinio de los voladores de las fiestas del barrio. López matizó a la prensa que una compleja tabla de baremación sería la encargada de seleccionar a los elegidos. "El dinero no lo es todo; en el pliego se valoran, y mucho, las mejoras", alegó. El edil espera que los técnicos concluyan en cinco días.