La polémica retorna a San Juan. La pretensión de los empresarios que explotan el aparcamiento subterráneo del barrio de construir un local de dos plantas y 692 metros cuadrados sobre la plaza que remata el recinto, en la trasera de la Basílica, ha destapado la caja de los truenos en el movimiento vecinal.

La asociación Cristo de Telde, liderada por Carmelo Almeida, ha hecho patente ya en voz alta su rechazo frontal al proyecto. Lo acusa sin ambages de vulnerar la legislación vigente, tanto el Plan General de Ordenación Urbana como las leyes de Patrimonio Histórico del Estado y de la Comunidad. De forma sucinta, Almeida sostiene que el proyecto es una "aberración urbanística en toda regla", y que su construcción supondría un fuerte impacto visual sobre el templo, que forma parte del Conjunto Histórico Artístico de la ciudad y se prevé, en línea recta, a 100 metros del vértice norte de la plaza.

En principio, la empresa Ammap Parking S.A. aspira a reubicar en el equipamiento, que tendría carácter desmontable, a la actual oficina de atención al cliente que Aguas de Telde posee en el barrio de Arnao, bien a través de una cesión, o bien a través de un alquiler. A Almeida no le parece mal que las dos partes defiendan sus intereses pero, además de dar buena cuenta de la normativa que a priori impide levantar sobre la plaza "el mamotreto" -como él lo llama-, recalca que en varios edificios de San Juan hay "locales de sobra" que cumplirían con las necesidades de la empresa mixta de abasto.

Volviendo al quiz de la cuestión, el presidente de Cristo de Telde detalla que la normativa urbanística municipal sólo permite ocupar un 20% del máximo de la superficie de los espacios libres "para pequeños equipamientos y este, por sus dimensiones, no lo es". Además, no le convence nada el hecho de que el local se haya pergeñado en una esquina porque, entre otras cosas, ocuparía el espacio que primigeniamente estaba reservado para ser la entrada natural del local social que comanda, y al que se sigue accediendo a través de una rampa metálica improvisada.

En la misma línea, el uso de estructuras de este material, como el que está previsto en el inmueble de Ammap, "se aleja de los valores ambientales y arquitectónicos peculiares" de San Juan", subraya.

La construcción en sí de este recinto también chocaría con las directrices que vienen recogidas en el artículo 14 de la Ley de Patrimonio Histórico Español, que de alguna manera restringe, y mucho, las actuaciones que se pueden llevar a cabo en el entorno de los bienes de valor histórico o artístico. Y también con lo dictaminado en los artículos 18, 19 y 29 de la Ley de Patrimonio Histórico de Canarias, que prohiben "aquellas intervenciones que introduzcan elementos que devalúen su fisonomía, tanto en lo que se refiere a sus edificaciones como a los espacios libres".

Almeida duda mucho que, de construirse, el local reservado para Aguas de Telde "se vaya a desmontar algún día, quedando para siempre como un mamotreto de hierro incrustado en los lindes del conjunto histórico y monumental de San Juan como homenaje al despropósito", barrunta.

Tal como consta en el proyecto presentado ante la Concejalía de Urbanismo, el inmueble -que se alzará en un suelo municipal donde los empresarios citados poseen una concesión administrativa-, requerirá una inversión de 178.562 euros y un plazo de ejecución de tres meses. Con ese dinero y en ese tiempo se pretende habilitar dos plantas, una de 495 metros y otra, de menores dimensiones y sobre aquella, de otros 247. La estructura se ubicará junto al local social de la asociación Cristo de Telde, dispondrá de baños y estará revestida de mampostería. Su ejecución traerá aparejada la finalización de la ansiada plaza diseñada sobre el parquin, hoy inexistente. Se supone que esta quedará colmatada con una barandilla de acero cortén, pavimento y rampas de acceso.