Un guardia civil con destino en Canarias cumplirá en prisión tres meses y un día de pena por haber dado un empujón a un cabo durante un servicio, después de que la Justicia militar le haya negado el beneficio de la suspensión de condena que la ley contempla para personal ajeno a los Ejércitos.

Los hechos por los que fue condenado el agente, J.C.A., tuvieron lugar en Arguineguín (Mogán, Gran Canaria) el 2 de junio de 2010, durante un problema de orden público que estuvo a punto de provocar que un grupo de ciudadanos asaltara el cuartel de la Guardia Civil.

El Tribunal Militar Territorial Quinto, con sede en Santa Cruz de Tenerife, consideró probado que en un momento de ese tumulto, delante de los ciudadanos a los que se pretendía contener, el guardia civil procesado increpó a un cabo con frases que no pudieron determinarse y le propinó un empujón que lo desplazó hacia atrás.

La sentencia, corroborada en 2012 por el Tribunal Supremo, añade que, al ver lo que ocurría entre los dos funcionarios de la Guardia Civil, los ciudadanos allí presentes pronunciaron frases como: "Si se pegan entre ellos, como no le van a pegar a la gente".

El agente J.C.A. fue condenado por esos hechos a tres meses y un día de cárcel por un delito de insulto a un superior previsto en el Código Penal Militar, en la modalidad de maltrato de obra, pero solicitó que su pena quedara en suspenso y que no se le obligara a ingresar en prisión, alegando que no tenía antecedente penal alguno.

Disciplina

El Código Militar establece que no podrá concederse a los miembros de los Ejércitos esa suspensión de condena prevista para las penas menos graves en la Justicia ordinaria, para no dar mal ejemplo entre los militares y no poner en cuestión la disciplina.

Este auto ha sido difundido hoy a la prensa por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), a la que está afiliado el agente condenado, para el que solicita el indulto.

La AUGC opina que esta condena es "desmedida", que es una "muestra más de la cerrazón de la Justicia militar" y cuestiona su "ecuanimidad", comparando la pena impuesta a este agente de la guardia civil con su gesto de "mirar para otro lado cuando el general de división Antonio Chinarro amenaza con sacar al Ejército en Cataluña para poner fin a un problema político".