El perro ya no quiere jugar con fuego. Por eso peligra este año la tradicional Suelta del Perro Maldito, el acto estelar de las fiestas partronales de Valsequillo que ya fue suspendido el año pasado tras el grave accidente que se produjo en la edición de 2011 con el resultado de dos personas fallecidas y treinta heridas con quemaduras de diversas consideración.

El Ayuntamiento de Valsequillo, que en principio no es partidario de celebrar de nuevo la Suelta primigenia (con fuego) hasta que se cierre el caso judicialmente, tiene un as en la manga: celebrar el Perro Maldito sin artilugios pirotécnicos. El debate es complicado porque la seña de identidad de este espectáculo callejero, desde hace 27 años, es el fuego.

Se trataría de una medida preventiva de seguridad para garantizar que la Suelta esté garantizada sin peligro entre la población, tanto entre los numerosos actores participantes como entre las miles de personas que acuden como público. La decisión no es fácil porque el acto central de las fiestas perdería su esencia principal.

Concejales del gobierno y la oposición han reconocido en privado que la Suelta del Perro de hace dos años fue "una temeridad". Por eso, lo que algunos plantean es un cambio significativo: hacer una obra de teatro en la calle, como se escenificaba tradicionalmente, pero con la ausencia del fuego.

Los representantes públicos de la corporación, a los que se ha unido el PSOE, están buscando una alternativa consensuada y la que más destaca es la de la escenificación con maquillaje corporal y vestuario como se ha hecho siempre, pero sin usar el fuego, que fue lo que causó el desastre.

En lo que coinciden políticos y vecinos es en que el pueblo no puede asumir más riesgos porque lo acontecido en 2011 está todavía muy reciente para todos. El alcalde quiere que continúe el frente común entre todas las fuerzas políticas y sociales para evitar diferencias sustanciales en un asunto tan sentimental para los valsequilleros. La intención del Ayuntamiento es buscar un posicionamiento común de los partidos para luego convocar a los integrantes de la asamblea del Perro Maldito y comunicar la decisión conjunta de manera oficial. Sin embargo, en la corporación hay miembros que piensan que hay que consultar a la asamblea antes de tomar una decisión final.