La aprobación de la nueva ley turística en contra del pronunciamiento mayoritario de Gran Canaria "debe marcar un antes y un después en las relaciones de esta isla con el conjunto de la Comunidad Autónoma de Canarias". Así de contundente se expresó ayer el presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna, al proponer un debate social que obligue al Gobierno regional de Paulino Rivero a modificar dicha ley, que entró en vigor el pasado sábado, para que se permita la construcción de hoteles de cuatro estrellas.

Para ello, Bravo de Laguna convocará a todas las instituciones, fuerzas políticas, organizaciones empresariales, grupos hoteleros, sindicatos y colectivos sociales a participar en una ofensiva contra la nueva normativa turística aprobada en el Parlamento regional, que a su juicio "intenta imponer a Gran Canaria el modelo turístico de Tenerife".

El presidente del Cabildo consideró que la paridad entre las islas se está rompiendo en contra de Gran Canaria y apuntó que la nueva ley turística es solo "el detonante", pues también se han detectado "desequilibrios" en el reparto de las inversiones o la ubicación de sedes autonómicas. "Es el momento de iniciar ese gran debate y llegar a conclusiones que nos permitan reconducir la situación", señaló.

"Con estos antecedentes, y vista la reacción social, es el momento de que el Cabildo, como gobierno de la isla, impulse un debate social amplio para saber si se han sobrepasado las líneas rojas en este intento de imponer un modelo turístico que nos perjudica", opinó Bravo de Laguna, quien se preguntó si los grancanarios tienen que aceptar esa imposición "sin al menos decir 'basta ya o hasta aquí hemos llegado".