¿Es posible todavía una sorpresa, y que no se marche de la Alcaldía?

No. Cumpliremos con el pacto. En estos años dos años hemos dado estabilidad política al municipio. No hubo ningún conato de moción de censura ni conflicto que pudieran llevar a una ruptura.

¿Tanto miedo tenía a Coalición Canaria que decidió, en contra de lo habitual, asumir la primera parte del mandato?

No. Todo el mundo me cuestiona lo mismo. Yo cogí los dos primeros años porque este mandato era muy difícil, y había que tomar decisiones duras e importantes.

Pero nadie hace eso. A mí me consta que hubo algún intento de acercamiento a Comfir, aunque no cuajó. ¿Es así?

No. Comfir nunca se ha dejado querer, y eso es fundamental para llegar a un entendimiento. En Firgas no hay esa camaradería entre gobierno y oposición. Han hecho una oposición light, poco constructiva, y siempre refiriéndose a viejas rencillas. A mí me gusta mantener los pactos, siempre que la otra parte cumpla. Queremos seguir con los mismos objetivos establecidos, pero desde que veamos algo que no nos gusta o que vaya a un conflicto, directamente nos vamos a la oposición y que gobiernen en minoría. Y si en algún momento Comfir con el PSOE quieren unirse a nosotros porque, como pasó en el anterior mandato, había que tomar las riendas, se valoraría.

¿Cómo debe tomar eso CC, como un aviso a navegantes o una realidad, porque a nadie se le escoge que ambos socios han tenido sus discrepancias?

Rencillas grandes, de tener que decir vamos a sentarnos, no ha habido. Ha habido un día a día. La verdad. Pero sí es un aviso a navegantes. Por una razón, y es que nosotros hemos intentado cambiar las formas anteriores de hacer política. Y no nos gustaría que los pasos dados se vayan ahora a dar hacia atrás. Hemos hecho una contención del gasto y disminuido la deuda; y las disciplinas urbanísticas aquí se quedaban en los cajones, por eso de que tenemos que ayudar al vecino, y ahora han salido. Es injusto para un vecino que hizo una casa con licencia y pagó sus impuestos, que a su lado haya otro que no lo haga y se le perdone; eso también perjudica a los ingresos municipales, y no se puede hacer oídos sordos. Nos han dicho que se va a continuar con la misma línea. Nosotros les vamos a dar la misma confianza. Y yo he dado mucha autonomía a las concejalías, pero no nos gustaría ir para atrás, porque nosotros no lo hemos hecho.

¿No va a aceptar injerencias?

Exacto. Vamos a ser leales y cumplir el pacto, pero no vayamos a hacer una cagada, porque los vecinos no lo perdonarían. No podemos hipotecar más el Ayuntamiento, porque cuesta muchísimo pagar la nómina de 100 empleados, y los servicios en la calle. Las medidas no han sido por gusto, y si no las tomamos las hubiera tomado el Ministerio de Hacienda.

¿Cree que le pasarán factura las decisiones en materia laboral, y el cierre de servicios?

Asumimos ese coste político. Pero si no tengo hoy para pagar las nóminas, qué me importa a mí que me vayan a votar por cerrar la escuela infantil o el centro de día. No se puede decir a todo sí. Estoy convencida de que nos puede pasar factura, pero estamos tranquilos. En estos dos años intentaremos que se solucione. Con el centro de día, vamos a ver si hacemos un centro especializado en Alzheimer. Y lo mismo intentaremos con la escuela infantil. La radio, habrá que pensárselo. Y con la piscina, al concejal de Deportes se le dijo para que buscara una gestión, pero que no nos cueste dinero. Y el velatorio irá al pleno del Cabildo y se reactivará. Hay muchas obras que se van a ejecutar en 2014 y 2015, en reasfaltados, etc., que estaban paradas por problemas de las empresas y que había que desenredar. Pero al menos no hemos hipotecado al Ayuntamiento con malas decisiones. La política real es la que no se ve, aunque a veces eso no se valora. Antes los políticos eran más de calle, que de despacho. Y hemos dado calidad a la Administración.

¿En qué situación económica deja el Ayuntamiento?

En cuestión de liquidez estamos bien, gracias a que estamos en Valora. No es agobiante. Está todo pago a 31 de diciembre de 2012. Lo que tengo ahora es la deuda normal con proveedores a uno o dos meses. Lo que nos agobia es pagar casi cinco millones que debemos a los bancos y por los PIOS, y las tres sentencias de expropiaciones, que suman 2,7 millones de euros, y que estoy pagando en plazos. Si no fuera por eso, viviríamos...

¿Hay algún proyecto que esté empeñada en sacar adelante a ahora, y que contraste con estos dos años más amargos?

Me gustaría ver abiertos el centro de día y la escuela infantil, porque lo necesitan los vecinos. Ha sido duro, sobre todo con la escuela infantil. Lo que no quiero es poner placas. Me niego a gastar el dinero en eso en estos momentos.