Los vientos alisios del noreste y el oleaje moderado del litoral teldense se han puesto de acuerdo esta semana para que una decena de cometas multicolor de ´kitesurf´ sobrevuelen los cielos de la playa de Bocabarranco en Jinámar. Con saltos que pueden alcanzar los dos metros de altura, los más experimentados en este deporte acuático aseguran que el verano es la mejor época del año para brincar al ritmo de las olas y sentir la adrenalina en estado puro.

Equilibro y control de la cometa. Éstas son las dos principales habilidades que se ha de tener para practicar el ´kitesurf´, un deporte que solo se practica en la Isla desde hace apenas 10 años, pero que experimenta una creciente demanda entre los turistas que visitan el Archipiélago. "En los últimos tiempos se han incrementado los paquetes de cursos que impartimos en los hoteles del sur, ya que Canarias ofrece las condiciones meteorológicas ideales durante todo el año para este deporte, que poco a poco está dejando de ser el gran desconocido", aseguró Borja Rodríguez, propietario de la escuela Siroco, el único centro de Gran Canaria que cuenta con el permiso de escuela de vela ligera del Gobierno de Canarias.

El procedimiento de forma teórica a priori parece sencillo: deslizarse por las olas en una tabla de surf en la que el deportista se encuentra enganchado mediante un arnés a una cometa que maneja con varios hilos, según la dirección del viento. Ya la puesta en práctica es otra historia.

Barco de rescate

María Gago y Tania Sánchez son nuevas en esto de revolotear los mares. En su primera sesión han aprendido a controlar la cometa desde la arena de Bocabarranco, pero afirman que están impacientes por ´bautizarse´ en el agua. "Lo más difícil es realizar movimientos suaves para dirigir estas cometas que pueden medir hasta 20 metros y, lo más divertido, es la sensación de libertad y relajación que se experimenta con el viento y la marea", apuntaron las dos principiantes. Entre los factores que impulsaron a este par de amigas a asistir a este curso de iniciación en la escuela Siroco destaca la seguridad. Según Rodríguez son muchas las escuelas piratas que ofrecen cursos de ´kitesurf´ en la Isla, poniendo en riesgo la vida de los alumnos.

"Lo que distingue a los centros legales de los informales es la disposición de una embarcación para el rescate y emergencias de los usuarios, ya que el ejecutivo canario exige la presencia de una sodia que vigile de cerca a los alumnos mientras practican el deporte, de manera que se garantice su seguridad en todo momento", señaló el experto.

Otra de las cuestiones relacionadas con el uso de la embarcación es el ritmo que se adquiere durante el proceso de aprendizaje. Según Rodríguez, con sodia el usuario aprende mucho más rápido porque los monitores pueden ayudarle a levantarse cada vez que pierda el equilibrio y, además, en alta mar existen menos obstáculos que dificulten el deslizamiento. "Aquellos que navegan desde la orilla, tendrán que parar cuando se encuentren con otro kitesurfista o salir del agua para no chocar con las piedras próximas a la playa", añadió Rodríguez.

Canarias, por su sus suaves temperaturas y su ubicación geográfica, constituye un paraíso para la práctica de este deporte. Las ráfagas de viento majorero que sopla n en la zona norte de la isla de Fuerteventura, por ejemplo, son conocido internacionalmente por los kitesurfistas. En Gran Canaria, Rodríguez no aconseja las playas del norte para volar las cometas, ya que presentan gran abundancia de oleaje, corriente y piedras. En cambio, las playas de la zona sureste como Vargas o Pozo Izquierdo se adecuan a las condiciones meteorológicas necesarias.

En cuanto a edades para practicar este deportes no hay nada escrito. "Desde los más pequeños de la casa hasta los propios abuelos, eso sí saber nadar es requisito indispensable", apuntó Rodríguez.

Los cursos de iniciación, que suelen durar doce horas repartidas en cuatro o cinco sesiones, rondan los 350 euros e incluyen el equipamiento necesario para la ocasión: traje de neopreno, tabla de surf y la cometa en cuestión. Esta semana le tocó el turno a la playa de Bocabarranco, pero las calas de Melenara, Palos y Playa del Hombre figuran entre las favoritas para los amantes de esta aventura.