Juan del Toro dedicó su vida laboral al mundo de la construcción, que también compaginó con la agricultura. Pero todo el mundo sabía que más allá de los bloques, el cemento y los encofrados, su gran afición era el mundo de la aviación. Tenía 58 años, y estaba a punto de cumplir su último gran sueño. Hace dos meses se examinó para obtener el Bachillerato, que era un paso obligatorio para obtener la titulación de instructor de vuelo. En marcha tenía ya la creación de dos escuelas para formar a pilotos en estos autogiros, uno en Gran Canaria y otro en Fuerteventura, ya que en esta isla llana era más fácil lanzarse al aire. Sin embargo, un accidente que todavía está por esclarecer truncó su último gran reto. Su experiencia y pericia en el aire no evitaron el accidente mortal que sufrió el día de El Charco. Todavía se desconocen las causas, aunque desde un primer momento ser barajó la posibilidad de una ráfaga de viento o un fallo en el motor. Aviación Civil se encarga ya de realizar la investigación técnica.

El empresario nació y vivió toda su vida en La Aldea, salvo el periodo de tiempo en el que hizo el servicio militar en la Península. En el municipio era una persona muy conocida y muy querida.

Era el segundo de cinco hermanos. Y su familia recuerda que desde muy joven ya era muy aficionado a los aviones de control remoto, a fabricarlos de cartón y hasta se metía en los motores. Con casi 25 años ya conducía autogiros, por lo que nadie puede dudar de su larga experiencia. Pero, además, también había estado al mando de avionetas.

Ahora ya tenía en marcha su nueva aventura empresarial. Era tal su ilusión que en cada reunión familiar hablaba de este ambicioso proyecto. Iba a contar con tres aparatos para su nueva escuela, alguno traído desde Navarra. "Estaba entusiasmado", reconoce su hermano Elías del Toro Valencia.

Cuando alguien necesitaba una foto aérea ahí estaba Juan del Toro para poner en marcha ese curioso aparato, sobrevolar la zona y cumplir con la petición. Muy pocas personas en la Isla tiene este tipo de aparatos, que resultan más manejables para estar en el aire a pocos metros del suelo.

Su esposa, Antonia Díaz, de 56 años, trabajaba con él en la oficina de la empresa familiar y también compartía esta afición. Llevaban casados unos 35 años. Tras el accidente, en el que ella pudo salir despedida y evitar el fuego del autogiro, sufre quemaduras graves. Ayer fue trasladada a la Unidad de Quemados de Sevilla para garantizarle la atención especializada.

La noticia dejó apesadumbrado al pueblo aldeano en sus fiestas.

"Como testimonio del dolor del pueblo de La Aldea y ante el inesperado accidente que tuvo lugar en el día de ayer -por el miércoles- una fecha señalada en la que se celebró la fiesta de El Charco, el alcalde José Miguel Rodríguez ha resuelto declarar luto oficial de dos días, hoy jueves 12 y mañana viernes 13 de septiembre hasta las 24 horas. Durante estos días las banderas ondearán a media asta". El alcalde de La Aldea, José Miguel Rodríguez, firmó ayer un decreto declarando dos días de luto oficial, suspendiéndose los actos festivos que quedaban por celebrarse.

El empresario Juan del Toro deja a tres hijos, Yoana (de 34 años de edad), Guayasén (30 años) y Elías (de 26).