La lujuria de don carnal concentró ayer en el chiringay de la playa de Maspalomas a más de 2.000 visitantes para dar una "cálida" bienvenida al carnaval alemán. De acuerdo con la tradición germana, a las 11.00 horas del día 11 del undécimo mes, una masa internacional de carnavaleros dio el pistoletazo de salida a una fiesta en la que predominó el desnudo como disfraz.

En la orilla de la playa de Maspalomas se entremezclaron ayer los asiduos bañistas de la época otoñal con media docena de pitufinas saltarinas, alguna hawaiana juguetona, cuadrillas de marineros en busca de amantes de una noche y reinonas acaloradas por las "altas temperaturas de la jornada".

Desde hace aproximadamente una década un grupo de desinhibidos, en su mayoría turistas, se reúnen el día 11 del mes número 11 a las 11.00 horas en el quiosco número siete de Maspalomas para dar el pistoletazo de salida desde el "paraíso" al carnaval alemán que se celebra en la ciudad de Colonia.

"Desde hace más de cinco años viajo a la Isla en esta fecha porque sé que aquí encontraré a gente divertida y más atrevida que en Colonia", espetó entre carcajadas una bailarina de danza del vientre de 71 años que respondía al nombre de Robert. Jubilado y sin pareja, este turista alemán aseguró que mientras "le responda el cuerpo lo seguirá meneando al mismo ritmo apasionado que mueve sus lánguidas pestañas doradas".

De camino al chiringay de la playa de Maspalomas, una Diosa del Mar luxemburguesa se despoja de sus vestimentas de lentejuelas para refrescarse en la orilla del mar de tanta sangría. "Desde que descubrí que el carnaval se puede disfrutar en la playa, en un archipiélago cercano a África y sin apenas ropa encima, ya no me gusta las recatadas fiestas de disfraces europeas", relató un señor de 40 años con carmín en los labios y una peluca rubia que zarandeaba al segundo.

Ya en plena euforia, luciendo la fantasía "como Dios me trajo al mundo" y con alguna ropa interior envuelta en la cabeza, los alemanes Klaus y Uwe se entregaron al momento con plena premeditación. "Planeamos las vacaciones hace dos meses, ya que en Alemania ahora hay nieve y aquí se está como en el paraíso", destacó entre cerveza y cerveza Uwe, quien confesó repetir cita carnavalera por tercer año consecutivo, "por eso de que Spain is different". Los que se unían por primera vez al mogollón de máscaras fueron los teldenses Paco y Agoney, que aunque no entendían a los extranjeros, tenían claro que ayer el lenguaje de "hasta que el cuerpo aguante" era universal e imperaría en los locales de los centros comerciales Yumbo y La Sandía hasta la madrugada.