Entre los actos de los festejos extraordinarios de 1914 figura, según acuerdo del Ayuntamiento de 5 de julio, dirigirse a todos los municipios del grupo oriental del Archipiélago que forman el territorio de la Diócesis, participándoles la fausta noticia del reciente nombramiento como patrona de la misma de la santísima Virgen del Pino, "que lo ha sido desde tiempo inmemorial de esta villa en particular", rogándoles, si lo tienen a bien, el envío de "un emblema, escudo o alguna inscripción en que aparezca que el respectivo municipio se asocia a las solemnes fiestas que con tal motivo tendrán lugar en septiembre próximo, quedando el objeto que cada uno se digne remitir, con autorización de nuestro ilustrísimo prelado, en el camarín de Nuestra Señora para perpetuo recuerdo y eterna memoria de gracia tan insigne concedida por su Santidad el Papa".

La comunicación se pasó a todos los alcaldes de Canarias Orientales y en ella se decía que el plazo para que el pueblo envíe sus mensajes en pergaminos artísticos con destino al santuario de Ntra. Sra. del Pino duraba hasta el 7 de diciembre de 1914. Aunque fueron muchos los pueblos de Gran Canaria y de las islas de Lanzarote y Fuerteventura que contestaron afirmativamente a la comunicación del alcalde de Teror, caso de Firgas que envió un "hermoso cuadro", Valsequillo fue el primer ayuntamiento en responder (5-09-1914) a la invitación enviando "un escudo con la inscripción del nombre de este pueblo, que él mismo dedica como homenaje a la Santísima Virgen del Pino, cuyo trabajo ha elaborado una hija del mismo, perdonando, por tanto, su poco valor artístico por cuanto este Ayuntamiento no puede imponerse mayor sacrificio, pues, si se tiene en cuenta que lo adorna el amor y devoción que siente este vecindario por la venerable patrona, en nada le supera ningún otro".

El escudo se colocó provisionalmente en la iglesia y "lo compone un hermoso pino bordado con la inscripción del pueblo". La mayor parte de los pergaminos o dibujos alegóricos se encargaron a don José Batllori Lorenzo (Arucas lo encargó a principios de agosto y el pergamino "será una obra de gran mérito digna de la población que hace el homenaje y del objeto a que se le destina").

Todavía a mediados de 1915 restaban por entregarse, tal como se recoge en la edición de Diario de Las Palmas de 20-07-1915: "por encargo de varios ayuntamientos", Batllori Lorenzo "ejecuta unos artísticos homenajes en pergaminos que aquellas poblaciones enviarán a Teror para que sean expuestos en el camarín de Nuestra Señora del Pino con motivo de haber sido proclamada patrona de esta Diócesis". A mediados de julio de 1915 había terminado el encargo de Telde, el cual fue expuesto en un escaparate de una tienda de Triana el 21 de julio de 1915, antes de ser enviado a Teror.

De la organización de los festejos se encargó una comisión integrada por los miembros de la comisión de festejos del Ayuntamiento (don Carlos Yánez, don Francisco León, don Eusebio Pérez y don Juan Alvarado), el cura párroco o quien le sustituya (Cleto Marcelino Miranda), don Juan Marrero Ramos y don Isaac Domínguez, presididos por el alcalde don Juan Rivero García. Los preparativos se iniciaron desde el mes de junio, encargándose del arreglo y ornato de la Plaza don Juan Marrero Ramos, en tanto que don Isaac Domínguez y don Cleto Marcelino Miranda quedaron encargados de dar una idea del diseño para el estandarte y confección del programa.

Al Ayuntamiento correspondería el nombramiento de los cuarteles y de las personas encargadas de la recolecta de numerario con comunicación previa al párroco, auxiliando los demás miembros de la comisión a los ya nominados. En reunión celebrada el 18 de julio, los tres miembros de la comisión antes mencionados decidieron poner de manifiesto al alcalde y al cura párroco para que, con las personas que crean conveniente, se entrevisten con el Obispo en su próxima visita del lunes 20 de julio para concretar lo que debe hacerse para confeccionar el programa.

El vocal Domínguez manifestó, asimismo, que don Antonio Yánez Matos estaba dispuesto a conceder gratis el fluido eléctrico para la iluminación del frontis del templo siempre que el Ayuntamiento y la Iglesia hiciesen la instalación por su cuenta y, de no ser así, la haría él siempre y cuando se le abonarán los gastos de la misma. El 27 de julio, la comisión trata de presentar o formular un proyecto de programa para someterlo a la aprobación del Ayuntamiento, quien en sesión del mismo día lo aprobó provisionalmente con el añadido de "que se vea si es factible la traída para las fiestas de los "Exploradores", para, una vez confeccionado de manera definitiva, pasarlo al párroco para sí estaba conforme con los actos religiosos que en él figuraban y, con su aprobación, ponerlo en conocimiento del Obispo.

Tras la aprobación del programa, el alcalde Rivero lo envió al párroco don Juan González el 5 de agosto pidiendo "su aquiescencia sobre todo a los números en que ha de intervenir la parroquia", reduciéndose estos a:

1.- El cuadro de la Virgen para ponerlo en el frontis de la iglesia.

2.- La procesión en la sagrada iglesia en el domingo 6 del dicho mes a las 6´30 de la tarde.

3.- Permitir que los objetos que presenten los ayuntamientos como objetos piadosos sean colocados al público en el altar de las Ánimas para no hacer gastos formando un escaparate para solo esto, dignándose después disponer se coloquen en el Camarín de la Santísima Virgen.

4.- Que a fin de que haya uniformidad, se digne manifestar las medidas de la lápida que con motivo de la consagración de esta iglesia se cree ha de colocarse en la misma para recuerdo de dicha consagración a fin de encargar otra este Ayuntamiento conmemorando la coronación y la declaración de patrona de la Diócesis a favor de la Santísima Virgen. Si fuera posible había de producir buen efecto el que estas lápidas aparecieran colocadas y se descubrieran en el momento de la procesión del día 8 ó inmediatamente después.

Dada la cortedad de tiempo, el alcalde le suplica "se digne exponer lo que acerca de estos números crea conveniente y si son o no de su aprobación". Al día siguiente respondió el párroco manifestando en relación al primer particular "que por mi parte no hay inconveniente alguno"; con respecto al segundo que "pertenece en absoluto al Ilustrísimo y Reverendísimo señor obispo, cuyas órdenes acataré y cumpliré"; al tercero que, "consultado el Prelado, si él no halla reparo en ello, estoy pronto a lo que se pide"; y, por último, con respecto al cuarto punto que, "no siendo prescripción del Pontifical Romano la colocación de esa lápida, por ahora, si el señor Obispo no manda otra cosa, no se pondrá".

El 7 de agosto, el alcalde convoca al comercio de esta plaza a una reunión en las casas consistoriales con el fin de conocer de una manera definitiva lo que debía hacerse en los festejos extraordinarios en honor de Ntra. Sra. del Pino, para, una vez conocido el resultado, convocar a los propietarios y labradores.

Pide puntualidad pues del resultado dependía el poder celebrar o no tales festejos "y, si no pudieren estos llevarse a cabo, quedará Teror en muy mal concepto ante los demás pueblos de la Diócesis que, con entusiasmo digno del mayor encomio, se aprestan a cooperar en cuanto pueden a honrar a la madre de Dios Ntra. Sra. del Pino que, por el solo hecho de ser nuestra, debemos dar ejemplo".

El presupuesto de los gastos, elaborado a principios del mes de agosto, ascendió a 1.370 pesetas, aunque el objetivo fijado fuese llegar a las 1.500. Dicha cantidad se desglosó en los conceptos y cantidades siguientes [Ver cuadro adjunto].

Aun así, la cantidad presupuestada era excesiva, debiéndose reunir el Ayuntamiento el 5 de agosto en sesión extraordinaria para acordar el medio de allegar recursos para llevar a efecto el programa de los festejos extraordinarios en honor de Ntra. Sra. del Pino con motivo de su declaración como patrona de la Diócesis de Canarias.

Por unanimidad se acordó que, en vista de la situación precaria del ayuntamiento, que "no le permite hacer gastos de ninguna clase fuera de aquellos que figuran como obligatorios en su presupuesto, pero teniendo en cuenta en honor de quien se celebran los festejos, contribuir con la suma de 250 pesetas que se librarán de alguna transferencia de crédito que se lleve a cabo o consignando expresamente en el presupuesto del año venidero, y que para cubrir el resto del importe total a que asciendan los prenombrados festejos se lleve a cabo una suscripción particular", quedando facultado el alcalde para llevar a cabo en la mejor forma este acuerdo.

Apenas anunciadas las solemnes fiestas de 1914, unos días más tarde, la prensa se hacía eco de que las fiestas de Teror "se aplazarán para el año próximo y solo se celebrarán los actos religiosos en honor de la Virgen". Todo ello con motivo "de las tristes circunstancias porque va atravesando el país", razón por la que se habían suspendido las anunciadas fiestas de Guía y las que en honor de San Miguel se preparaban en Tejeda y Valsequillo. No obstante, el 27 de agosto en la edición de Diario de Las Palmas, se hizo público el programa de las fiestas que habían de celebrarse en Teror con motivo de la consagración del templo en basílica y la proclamación de la Virgen como patrona de la Diócesis.

Z 2. El comienzo de las fiestas

El acto preliminar de las "grandes fiestas" de la proclamación del patronazgo fue la consagración del templo en los días 29 y 30 de agosto. Fue un acto de "gran solemnidad" y "gran concurrencia", viéndose acompañado el Obispo por numerosos sacerdotes. En la tarde del 29 de agosto, a eso de las 6´30, se cantaron en la Iglesia maitines solemnes en honra de los santos mártires, cuyas reliquias fueron depositadas al día siguiente "en el sepulcro del altar que hemos de consagrar".

La ceremonia de consagración comenzó a las 6 de la mañana del día 30. En su invitación al Ayuntamiento, el Obispo dice que, "como sería muy molesto a la digna corporación la asistencia a las ceremonias enteras", sugería que "será suficiente que asista hoy desde las ocho en que empezarán los Laudes y mañana al Pontifical, cuyo comienzo se anunciará con un repique dado un cuarto de hora antes".

Los festejos continuaron durante el 31 de agosto, 1, 2, 3 y 4 de septiembre, con reparto de pan a los pobres por comisiones de señoritas de la localidad y paseos con música por la noche. El día 5 fue la solemne traslación de la Virgen de su nicho del altar mayor al trono del presbiterio, dando comienzo esa noche la novena con sermón. El día 6, a las 9´30, hubo misa solemne, cantándose a continuación un "Te Deum"; teniendo lugar por la noche los ejercicios religiosos propios de la novena, con rosario cantado.

El día 7, a las 7 de la mañana, una banda de música recorrió las principales calles del pueblo; a las 8, "Prima" y misa solemne con sermón; a las 5 de la tarde "Vísperas" y Completas"; por la noche "Maitines" y "Laudes" y, a su terminación, verbena, fuegos artificiales, iluminación general y música. El día 8, a las 9 de la mañana, "Tercia" y misa de Pontifical a grande orquesta (ese día se cantó en un himno compuesto por el concejal y maestro de la Filarmónica don Bernardino Valle), con sermón del obispo; a su término, solemne procesión de la Virgen, con el recorrido acostumbrado (en procesión de ese día, la imagen llevaba, junto a las demás joyas, el "soberbio broche en forma de rama, de brillantes y diamantes, de gran valor", ofrenda del marqués de Arucas).

Por la tarde, música en la plaza del Pino. Durante todo el día 8 se desarrolló una gran feria de ganados "en el sitio conocido por los Castañeros". En las noches de los días 9, 10 y 11 paseos con música en la Alameda. El día 12, a las 12 horas, nuevo reparto de pan a los pobres. Por la noche, después de los oficios religiosos, verbena, fuegos artificiales, iluminación y música. El día 13, a las 9, misa con orquesta y sermón. Por la tarde, paseo con música. Por la noche, terminación de la novena, finalizando las fiesta con un baile en el Casino a las 10 de la noche.

Todos los festejos fueron amenizados por la Banda militar del Regimiento de Las Palmas. A sus componentes y otras personas que acudieron, se les dio de comer en los hoteles pertenecientes a don Agustín Rodríguez y a don Simón Quintana por un importe de 175 y 160 pesetas y 10 céntimos, respectivamente. El problema radicó en el pago de dichas cantidades pues, en sesión de 6 de octubre, se acordó que, "si en el presupuesto del actual año, como se supone, no existe crédito suficiente destinado a éste, que se incluya en el del próximo año mil novecientos quince en concepto de créditos reconocidos".

Durante las fiestas cabe destacar la presencia del obispo Marquina, cuya estancia en Teror, como recoge la edición de Diario de Las Palmas de 1-09-1914, despertó gran entusiasmo pues ha conquistado, por su caridad, sencillez y amor a la tierra, el corazón de todos los diocesanos. Tan sólo en la mañana del día 4 de septiembre bajó a Las Palmas para asistir a los funerales por Pío X; por la tarde volvió a subir a Teror pues al día siguiente comenzaban las solemnes fiestas religiosas en honor de Ntra. Sra. del Pino. Pese a no ser lo habitual, se prestó voluntario a hacer el panegírico de la Virgen en la función del día 8.

En palabras de Rafael Ojeda Ortega (14-09-1914), Marquina, en medio de gran expectación y religioso silencio, expuso a la ansiosa multitud de fieles que la Virgen "es el sol refulgente que con sus rayos seca los pantanos de la impiedad, el vicio y al error y los convierte en tierra fértil que produce sazonados frutos de verdad y de virtud". Tras pedir bendiciones y protección a la Virgen para Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, concluyó pidiéndole la paz para las naciones y pueblos así como todo género de gracias para su Diócesis de Canarias.

Para conmemorar la aparición de la Virgen del Pino, su coronación y la declaración de patrona de las islas, hizo acuñar artísticas medallas. En el anverso tenían grabada la imagen de la Virgen en un pino y la inscripción "Virgen Santísima del Pino, rogad por nosotros", en tanto que en el reverso figuraba la inscripción: "Aparecida en la Villa de Teror el 8 de septiembre de 1481. Coronada en 5 de septiembre 1905. Declarada Patrona en 1914".

Tales medallas se acuñaron en aluminio, haciéndose otras en oro y plata para enviarlas al Papa, el Rey y a la familia real. Gracias a su amabilidad y a la bondad de la camarera señora Manrique de Bravo, el fotógrafo Enrique Ponce "ha impresionado las placas más interesantes de la imagen del Pino y del Santuario", destinadas "al libro que el próximo año dedicará a Teror el cronista Sr. Batllori y Lorenzo".

Las artísticas medallas acuñadas por Marquina probablemente nada tengan que ver con la medalla pintada por el pintor Francisco Suárez León "al óleo e imitando bronce, plata u oro, decorada en su perímetro y en el cent(r)o la inscripción que designen. Esta medalla puede ser pintada en lienzo o en lata, dándole todo el relieve y efecto de una medalla escultórica que será colocada en un buen marco con barra a propósito".

Esta fue la solución que se adoptó porque, como señala el pintor, "esto lo creo de buen efecto y realizable pues no hay tiempo material para hacerlo de relieve y vaciado en bronce, como proyectaba el señor secretario". Por la pintura al óleo de la medalla conmemorativa del nombramiento de Nuestra Señora la Santísima Virgen del Pino como patrona de las Canarias orientales, así como la barra para el marco, hechura del mismo y cristal, se le abonaron 136 pesetas.

2.1.- La concurrencia

La coincidencia de la consagración del templo y la proclamación de la Virgen del Pino como patrona de la Diócesis de Canarias con la tradicional romería del 8 de septiembre de 1914, atrajo a Teror "concurrencia de todos los lugares de la Isla", encargándose de guardar el orden los "guardias municipales temporeros" (gasto 40 pesetas y 50 céntimos). Desde el año anterior, las empresas de automóviles fijaron el servicio de ida y vuelta entre Las Palmas y Teror durante los días 7 y 8 de septiembre desde el paseo los Castillos, a lo que se vinieron a añadir los que, a través de los campos y por polvorientas carreteras, en grandes ranchos, en carros y carretas que semejaban piñas humanas, en automóviles y en toda clase de vehículos y caballerías, se acercaban hasta Teror.

Como se recoge en la edición de Diario de Las Palmas de 14-09-1914, "ante el trono de la imagen sagrada han desfilado este año los pueblos de Gran Canaria, llevando en sus ofrendas el homenaje de un Rey que quiso asociarse a los entusiasmos de su pueblo rindiendo a la Virgen de sus amores el tributo de su regia piedad". Y se añadía que, "desde el pasado domingo, las peregrinaciones al santuario de Teror se sucedían casi sin interrupción, aumentando de un modo extraordinario la afluencia de gente el día 7, en cuya noche la hermosa villa, iluminada con luces eléctricas, llena de ventorrillos y puestos de feria, presentaba un aspecto pintoresco y animadísimo". La verbena congregó en la amplia plaza del Pino "a una gran multitud que aplaudía" y se entusiasmaba con la función de fuegos artificiales y el concierto dado por la banda de música del Regimiento de Las Palmas que amenizó todas las fiestas. Y concluía que toda la noche del 7 iba fluyendo a Teror "una multitud de romeros que aumentaban la animación de las calles y plazas de la Villa, donde alegres grupos cantaban y bailaban hasta el amanecer en que las puertas del santuario se abrieron a aquella ola humana que invadió toda la mañana el templo, poniendo a los pies de la santa patrona de Canarias la ofrenda de su más ardiente devoción".

2.2.- La fiesta en Las Palmas

La fiesta no sólo se celebraba en Teror. Cuando el tráfico rodado de los pueblos tenía que pasar por la ciudad de Las Palmas, aquí también había fiesta y no sólo porque en la capilla de San Fernando de la Catedral, donde se veneraba el retrato de la Virgen del Pino pintado en el siglo XVIII por el capitán José Rodríguez de la Oliva, "El Moño", se celebrase función solemne, sino porque mientras Teror no tuvo comunicación transversal con el Centro, Sur y Norte de la isla, muchos de los automóviles debían cruzar la ciudad para ir y venir de Teror vía Tamaraceite. El día 8 de septiembre de 1914, tal como recoge "Diario de Las Palmas" en su edición del día siguiente, "fue de gran animación en la ciudad con el regreso de los romeros, y en el paseo de Bravo Murillo se vio por la tarde mucha gente".