Cumplo 50 ediciones ininterrumpidas como periodista, informador cronista y comentarista de los actos centrales de las fiestas en honor a Nuestra Señora la Vírgen del Pino de Teror, las dos primeras como colaborador de El Eco de Canarias y el resto siempre como redactor de LA PROVINCIA -bien en activo y, desde mi jubilación en el año 2003, como periodista emérito- , labor que en los últimos 29 años compatibilizo con comentarios sobre la romería, misa Pontifical y procesión a través de Televisión Española en Canarias (TVE-C), desde 1985, y, a partir del año 2009, por la Televisión Autonómica de Canarias.

Son 50 años de historias y anécdotas sentidas, vividas, y algunas, por qué no decirlo, a veces sufridas, aunque de todas ellas mantengo recuerdos de entrañable amabilidad, afabilidad, sencillez, bondad, afecto, familiaridad, sociabilidad y simpatía de todos los compañeros que he tratado, y trato, en cada uno de los medios referidos (un recuerdo especialísimo en este día de la Virgen para José Martín Ramos, que convalece en Madrid con un renovado corazón recién trasplantado, "en la seguridad de que volveremos a reeditar nuestra comparecencia a través de las cámaras" como él me indicó hace unos días).

De eso hablaré con detalles en la charla-coloquio Apuntes históricos, notas y vivencias de 50 años como cronista de la Virgen del Pino" que pronunciaré el próximo jueves 18 de septiembre en la Villa de Teror, dentro de los actos de las fiestas patronales de este año 2014, centenario de la proclamación de la Señora como patrona principal de la Diócesis de Canarias. En esta efeméride es momento de mi personal reconocimiento y emocionado recuerdo para los obispos: monseñores Pildain, Infantes Florido, Ramón Echarrren y Francisco Cases; párrocos: Antonio Socorro, Isidoro Demetrio, Antonio Nicolás Monche, Vicente Rivero y Manuel Reyes Brito; alcaldes y corporaciones de Teror: Manuel Ortega, Antonio Peña, Salvador Cárdenes, Cayo Yanes, Germán Grimón, Octavio Arencibia, José del Pino, Cándido González y Juan de Dios Ramos, que de cuantos alcaldes he conocido es para mí el que mejor ha entendido, expresado, defendido y propagado el verdadero espíritu de la romería ofrenda y de las fiestas en general-.

Las fiestas del Pino son una manifestación de las coordenadas generales del agradecimiento de los grancanarios a la Divinidad, sintetizadas en los motivos más directamente sentidos que han conformado un estilo de ser, lo más importante para cualquier pueblo o comunidad.

Nuestra vida es un viaje con un punto de partida y otro de arribada y esta efeméride de mis bodas de oro como "cronista de la Virgen" no son más que un tramo intermedio entre ambos extremos. Hoy permítanme expresar que me considero la persona más feliz del mundo y este mi día feliz quiero compartirlo alborozado, alegre, complacido y dichoso, con mi familia, con mis compañeros de LA PROVINCIA-DIARIO DE LAS PALMAS y Televisión Canaria, con mis amigos y con todos mis lectores. ¡Gracias!.