Puntual a la cita, a las 17.00 horas de este jueves, miles de personas se tiraron al Charco de La Aldea para revivir la antigua costumbre aborigen de pescar lisas adormecidas.

La fiesta comenzó a las nueve de la mañana, primero con la concentración y caminata hacia la playa desde la plaza de La Alameda y luego con el tradicional baile en el muelle.

El Parque Rubén Díaz ha acogido la concentración de parrandas y familias y amigos que comparten los platos típicos de estos días. El alcalde, José Miguel Rodríguez, lanzó a las cinco en punto, el volador que señala el inicio del asalto definitivo a la pesca de la lisa en El Charco de La Aldea.

Como manda la tradición, los participantes no han podido sobrepasar la línea blanca de El Charco hasta que no sonó el volador. De igual forma, para respetar la tradición y la esencia de esta fiesta, para la pesca de la lisa, los participantes se han provisto de cestas o guelderas.

La coincidencia de la fiesta con jornada laborable ha disminuido la afluencia a la popular fiesta, pero no ha impedido que numerosas personas se desplazaran desde los diferentes puntos de Gran Canaria y otras islas del archipiélago.