El primer Pleno del Cabildo tras las vacaciones del verano tuvo con un nuevo invitado, el rey Felipe VI. Su retrato cuelga en la Casa Palacio y desde ayer es testigo de las sesudas discusiones entre José Miguel Bravo de Laguna, Augusto Hidalgo y Román Rodríguez, que son de largo los que más hablan y se exceden en los tiempos estipulados para el debate. Puesto que las mociones se utilizan cada vez más para los asuntos de la alta política nacional, como el nuevo sistema electoral de Rajoy, las prospecciones petrolíferas o las becas de Wert, los temas de casa se tienen que ventilar en el apartado de ruegos y preguntas.

El socialista Augusto Hidalgo fue el primero en atacar a cuenta de las incertidumbres sobre el futuro de Infecar y criticó que el informe que solicitó el 26 de junio le haya llegado esta semana, "casualmente" después de que este periódico publicara sus quejas por el retroceso de la actividad ferial. El consejero socialista reveló que todas las propuestas de dicho dictamen "plantean una drástica reducción del personal" y también criticó que la mayoría de los pabellones de la feria se están traspasando a la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria (Spegc), por lo que rogó a Bravo de Laguna que convoque a los grupos de la oposición y a los agentes económicos para informarles de la fusión en la antigua Feria del Atlántico.

El vicepresidente Juan Domínguez respondió a Hidalgo que puede estar tranquilo porque "la vocación del grupo de gobierno es mantener todos los puestos de trabajo" y para ello ha optado por la fusión, un proceso "complejo" que espera concluir a final de año.

El nacionalista Fernando Bañolas preguntó por "la muerte anunciada de Infecar", lo que ha supuesto la pérdida del liderazgo ferial frente a Tenerife, y acusó a Domínguez de tomar decisiones "sin contar con nadie". Le respondió el presidente Bravo de Laguna, quien aseguró que en este mandato ha habido más actividad que en anterior, 37 eventos frente a 33, y consideró que comparar a Infecar con el Recinto Ferial de Tenerife "es absurdo", porque tienen "instalaciones y enfoques distintos".

Nueva Canarias también dedicó una de sus preguntas a Infecar y la consejera Inés Jiménez no fue tan diplomática. Tras recordar que la gestión ha estado plagada de denuncias por corrupción, contrataciones ilegales de familiares, escándalos, dimisiones e imputaciones de la Fiscalía por un desvío de fondos públicos hacia el CCN, el partido que dirigía Juan Domínguez, Inés Jiménez dijo que el trasfondo de toda la conflictividad en Infecar es el mantenimiento "a toda costa" del gerente, Rafael Suárez, pese a estar imputado.

Después de calificar de "tránsfuga" a Domínguez, espetó directamente a Bravo si sigue manteniendo la confianza en el gerente. "Mantengo la confianza en la presunción de inocencia", respondió el presidente. Domínguez, por alusiones, acusó a la consejera de NC de utilizar "insidias" para desprestigiarle. "Si le llamo tránsfuga es porque realmente lo es y además no me ha respondido a la pregunta", replicó Jiménez.

La otra pesadilla ayer para el grupo de gobierno fue el tren del Sur y su decisión de modificar el trazado en El Veril para facilitar la construcción del parque acuático del grupo Kiessling. Le interrogaron por ello Bañolas, quien insistió en que el ferrocarril "no es una prioridad", y Román Rodríguez, al que no le gusta que se intente cambiar el planeamiento cuando aparece un inversor privado.

Pese a las asperezas, hubo lugar para el consenso en el reconocimiento a la Asociación de las Víctimas de Spanair y las mociones sobre energías limpias y la quinta libertad aérea para Canarias.