La muerte le llegó antes de poder cumplir su sueño de ver la Cueva Pintada transformada en un gran centro de investigación sobre la población indígena grancanaria y su recreación museística. Pero, los actuales gestores de este parque arqueológico y museo de Gáldar son herederos de esa labor.

Celso Martín de Guzmán nació en Gáldar en 1946, a unos pocos cientos de metros del conjunto prehispánico más importante de Canarias, cuando todavía era un lugar casi oculto bajo las fincas agrícolas de la época.

El cronista de Gáldar, Juan Sebastián López, dice que el doctor en arqueología y profesor universitario "tuvo un sueño que, aunque no lo llegó a ver, hoy es realidad tangible".

Las excavaciones han permitido conocer algo más que las pinturas geométricas en colores rojo y blanco, que dan nombre al yacimiento. Han servido para ir desvelando paso a paso los secretos de la población prehispánica canaria y su forma de vida. Celso Martín se había aferrado a la idea de la recuperación de este espacio. Pero, en un sentido más amplio, también a divulgar la arqueología en toda Canarias.

Estudió Filosofía en la Universidad de La Laguna, en Tenerife, especializándose en Historia. Y continuó sus formación en el Instituto Español de Prehistoria del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, doctorándose en la Universidad Complutense de Madrid, donde ejerció de profesor.

Arqueología y política

Mantuvo una gran amistad con el escultor Juan Borges Linares, también de Gáldar, con el que viajó a América, y del que también se cumplió ahora una década de su fallecimiento. El investigador amplió sus conocimientos durante esa singladura americana, donde colaboró durante cuatro años en algunas excavaciones en el área andino-patagónica, y ejerció de profesor en universidades.

Fue el primer director general de Patrimonio, con el entonces presidente del Gobierno de Canarias, Jerónimo Saavedra. Y desde este cargo continuó ejerciendo su lucha por la conservación de los bienes culturales del municipio y del resto del Archipiélago.

Desde 1967 se empeñó en divulgar la magnitud de la Cueva Pintada, que había permanecido un siglo sometida al paso del tiempo, la humedad y los efectos colaterales de la actividad agrícola, tras su descubrimiento por casualidad en la segunda mitad del siglo XIX. Convenció a las administraciones del enorme potencial del conjunto prehispánico, convirtiéndose la Cueva casi en una obsesión, que impulsó desde su cargo de responsabilidad en el Gobierno de Canarias.

En el año 1987 se iniciaron los trabajos de excavación bajo la dirección de Celso Martín de Guzmán y Jorge Onrubia. En el año 1989 se redactó el anteproyecto de Parque Arqueológico, y en 1991 el Plan Espacial Cueva Pintada.

A principios de los años 90 logró que la Consejería de Educación y Cultura del Gobierno de Canarias invirtiera unos 60.000 euros al año anuales para emprender los trabajos. Y para lograr su protección y evitar la desaparición de las pinturas, promovió el cierre del recinto, al mismo tiempo que comenzaba este programa integral de conservación, investigación y difusión.

A su juicio, en Gáldar se encontraba "un nivel de civilización estimado como el más brillante de la cultura prehistórica de las islas". No sólo en este espacio, sino en el antiguo Agáldar de la época prehispánica.

El Museo y Parque Arqueológica se reabrió el 26 de julio de 2006, 24 años después de su cierre precipitado en octubre de 1982, cuando todavía era una cueva excavada entre fincas de plataneras. Pero ya como uno de los museos históricos más importantes de España, y con un elevado nivel de protección, y con una amplia proyección todavía por descubrir.

Celso Martín de Guzmán había fallecido en su ciudad natal el 4 de noviembre de 1994, cuando contaba con 48 años de edad, debido a un cáncer linfático.

Al conocerse su muerte fue nombrado Hijo Predilecto de Gáldar, decretándose dos días de luto oficial. El Cabildo aprobó en un pleno la colocación de una placa dedicada al profesor en el parque arqueológico que tanto impulsó, pero que no pudo ver en su actual magnitud.

Ahora se cumplen 20 años de su desaparición, y Gáldar pretende mantener viva su figura histórica con una simbólica ofrenda floral que tendrá lugar hoy en su casa natal, en la calle Larga, además de una conferencia del exdirector del Museo, José Ignacio Sáenz, que fue alumno suyo en Madrid y que vivió ese afán por la investigación y que le sirvió de estímulo para venir a seguir su formación en Gran Canaria.