Según el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana fue el cuerpo de la Policía Nacional el órgano que dio la orden de trasladar a 17 de los 21 inmigrantes que arribaron el pasado miércoles en patera a la punta de las dunas de Maspalomas en un camión de limpieza municipal hasta el Faro. Sin embargo, el concejal de Playas, José Carlos Álamo, asegura que la gravedad de la situación no reside en el tipo de vehículo utilizado durante el desplazamiento a comisaría sino que los jóvenes no fueron atendidos por ningún médico hasta pasadas cinco horas de su llegada. El difícil acceso a las dunas y la necesidad de agilizar la salida de los subsaharianos de la playa propiciaron el uso del vehículo.

"Hay que verse en ese momento y lugar, a pie de playa, para valorar la decisión que se tomó", explica el concejal José Carlos Álamo, indignado, al observar que "se está utilizando como cabeza de turco al vehículo en el que se transportó a los inmigrantes a comisaría para restar importancia al hecho de que ningún médico atendiera a los jóvenes africanos" hasta que pasaran más de cinco horas de su llegada a la costa. Para el concejal "la policía hizo bien su trabajo", ya que el difícil acceso a las dunas requería un vehículo de tracción total, como el camión de servicio de limpieza de playas, y la demora de los médicos provocó "optar por un vehículo con el que la salida de la playa fuera rápida y segura. De utilizar otro medio de transporte, se hubiese tenido que desplazar a los inmigrantes de uno en uno y, después de que estuvieran al sol tantas horas, no creo que fuera lo más recomendable", apuntó Álamo.

Retraso

La tardanza en la llegada del personal médico del Gobierno de Canarias a Maspalomas constituye, desde el punto de vista de Álamo, "la verdadera gravedad del problema". El pasado miércoles desde las 11.00 horas, según el edil, el alcalde de San Bartolomé de Tirajana advirtió a la consejera de Sanidad del ejecutivo de la gravedad de la situación. Su respuesta fue que ya había enviado a personal médico. Sin embargo, hasta las 13.15 horas no llegó el médico del 1-1-2 y tuvieron que pasar más de cinco horas para que los jóvenes subsaharianos fueran atendidos. "Me duele el trato infrahumano que recibieron", añadió.