Los más veteranos del antiguo sur celebraron ayer su II encuentro sociodeportivo 'Maspalomas un sentimiento', una iniciativa de viejos deportistas que cohesionaban el entonces casi despoblado municipio, antes de su fulgurante desarrollo turístico, por medio del deporte para hacer 'pueblo'.

Un embrión que maduró hasta la creación del Club Deportivo Maspalomas, algo más que un mero club por lo que implicó de refugio social mientras en los zaguanes de aquellos residentes iban creciendo las urbanizaciones turísticas que irrumpieron en los años 60 y 70, con el consiguiente desarraigo, cuando no, desconcierto de los primeros habitantes.

Cuatro de aquellos puntales fueron homenajeados ayer tras un partido que rememoraba los puntúos en la arena y los penaltis de playa: Juan Domingo Afonso Suárez, Roberto Rivero Rodríguez, Carmelo Fabelo Rodríguez y Ramón Medina Acosta, cuyo tezón, junto el de otros muchos, logró para el municipio la liguilla Copa Zona Sur hace 45 años.

En el encuentro de anoche se recordaba también las figuras de los que en la primera edición del pasado año fueron distinguidos por su protagonismo en aquellos tiempos, como son los casos de Francisco Santana Marrero (Paco el taxista) uno de los directivos del club especialmente dedicado a la cantera futbolística de la localidad sureña; el desaparecido y recordado Martín Guillén Jiménez, imbatible entrenador de la formación; y Gerardo García Pedraja, al que se considera como uno de los impulsores del fútbol base.

Para esta segunda edición, los homenajeados fueron Juan Domingo Afonso Suárez, quién fuera el primer presidente del Club Deportivo Maspalomas como tal y Roberto Rivero Rodríguez, que forma parte de la directiva durante la presidencia de Antonio Martín Falcón, momento en el que se produce el cambio del nombre del club, Club Deportivo San Fernando por Club Deportivo Maspalomas a principios de los años 80, aumentando a su vez exponencialmente el número de socios y ascendiendo al equipo a la primera regional.

Así como a Carmelo Fabelo Rodríguez, un valedor del fútbol-base de la localidad y Ramón Medina Acosta, un incondicional de los colores de las dunas y el Faro que simbolizan el sacrificio de los primeros años de andanzas de los jugadores y sus representantes.

Un trabajo pues, que comenzó con el balón rodando en los terregales pero cuyo afán los llevó a convertirse en un duro rival de la categoría nacional. Y de la arena al campo, cuando logra gracias al Ayuntamiento la cesión el 22 de abril de 1982 del polideportivo municipal, con sus flamantes pistas de atletismo de ocho calles y, sobre todo, un piso de césped que hasta se hacía raro pisar. De todo esto y más se habló ayer en el II encuentro que, a la vista de los recuerdos y los sentimientos que afloraron, con alguna lágrima de por medio, tendrá su tercera edición. Al fin y al cabo resumir 45 años de intensa actividad deportiva, con sus hombres y mujeres que han pasado bajo las siglas de la formación, no se resuelve en dos visitas.