¿Son los adolescentes de ahora más complicados que los de generaciones anteriores porque quizás tienen de todo?

Creo que no. La distancia generacional siempre es la misma. Eso es lo complicado. Lo complicado es que los padres se olvidan de cuando eran adolescentes aunque haya sido hace diez años o veinte años. La distancia generacional , lo que hemos aprendido, y como lo hemos aprendido nos separa, y eso es lo díficil, y lo va a ser siempre.

¿Es decir, que da igual tener a los hijos cuando se es joven y hasta ser más modernos, porque siempre habrá conflicto?

Nada que ver. Si, siempre se entienden mejor con la gente de su edad, con la que han crecido, con la que jugaban a lo mismo , con la que iba al mismo instituto. Con esa gente es con la que encuentran los jóvenes más conexiones porque su mapa mental se parece más al suyo. Por muy guay que sean los padres, nunca van a estar a su altura, y no lo van lograr, porque la naturaleza es muy sabia. Además, en ese caso serían un colega, no un padre o una madre.

¿Cuál es el mejor método para educar al adolescente, no darles todo y decirles no muchas más veces, o negociar?

Primero, que todo lo que hemos hecho hasta ahora, hecho está. No hay que fustigarse porque creer que no lo he hecho lo suficientemente bien, ni tratar de corregir cosas que se han hecho en el pasado. Tenemos toda la vida para seguir aprendiendo y hacer las cosas de forma diferente. Y lo que he explicado a las asociaciones de padres de Santa Lucía de Tirajana es un método diferente, que viene de Sócrates, que se basa en no dar respuestas y en hacer preguntas.

¿En qué consiste el método de Sócrates?

Pues, en que no hay que decirle a un hijo lo que tiene que hacer sino que hay que preguntarle ¿qué es lo que él cree que tiene que hacer?. Es decir, depositar la responsabilidad en él.

¿Quiere decir que no se le puede decir que estudie, que se esfuerce y tantas cosas más?

No. Hay que hacerle responsable y decirle. ¿Tu quieres estudiar?¿Para que quieres estudiar? ¿Qué crees que puedes conseguir con eso? Y creo que son conversaciones que hacen que el niño o la niña se responsabilice de lo que tiene que hacer, y no que la madre o el padre sea el responsable. Eso al final,acaba con los padres y con él.

¿Pero hacer preguntas a un niño de doce o trece años sobre si debe estudiar es complicado porque lo lógico es decirle que es su obligación?

No. Hay que tener cuidado con las preguntas. Hay que hacer preguntas honestas, desde el corazón con la preocupación que tienes como madre: ¿qué crees que es lo adecuado?, ¿qué crees que es lo correcto? ¿cómo te gustaría esto, o como te sientes cuando hago esto?. Una serie de preguntas que son profundas, basadas en la honestidad y que van directas al corazón para que se responsabilicen. Si trabajamos así con los niños, con menos órdenes y más posibilidad de expresarse, todo va mejor.

¿Cómo puede decir a un padre que no ponga normas?

No, lo que hay que intentar es que las normas se pongan entre todos. Cuánto más conseguimos que se responsabilicen de sus actos más éxito vamos a tener con los hijos. Pero, si no contamos con los hijos, formaremos a un niño dependiente que necesita órdenes, pero que al final ni las cumple.

¿La s nuevas tecnologías como los móviles o los videojuegos provocan que ni que dialoguen a veces con la familia?

No tiene porqué. Al final, es un medio de comunicación. Siempre nos hemos comunicado y hemos buscado las maneras más insólitas de comunicarnos. Lo que no podemos negar es que las herramientas están ahí ,y lo que habría que hacer es buscar la manera de sacarle partido y utilizarlas en beneficio de nuestra comunicación. Es verdad que hay que establecer normas, y acordar que a la hora de la comida no se pueden tener dispositivos móviles ni audiovisuales. Ahora bien, como padres hay que dar ejemplo porqué no solo ellos están enganchados al móvil.

¿Qué consejo le daría a un padre con un adolescente algo más rebelde de lo normal?

La clave es la confianza porque ante todo lo ha criado. Ahi hay un problemade fondo. Normalmente no confías en tu hijo porque no confías en ti. Entonces hay un trabajo de fondo que hay que hacer contigo mismo, ver que has hecho todo lo mejor que has podido, aceptarte y después hacer lo mismo con tu hijo. Creo que por muy rebelde que sea tu hijo si confias plenamente en él, él confiará en ti. Los habrá más estudiosos o más rebeldes, pero lo importante es la inteligencia emocional, que se sientan bien consigo mismos para que se sientan bien conlos demás. Ese es el éxito de la vida profesional. Tan empeñados que están los padres en que vayan a la Universidad y que hagan másters. Pero, lo importante es que el niño sea feliz, y que te de orgullo llevarlo cualquier evento porque se lleva bien con los demás, ytiene inteligencia emocional.Además, el noventa por ciento de la gente con inteligencia emocional tiene trabajo,, porque si se relacionan bien con los demás le quieren tener en caulquier empresa.

¿Es decir, que de nada vale que un hijo haga Ingeniería de Caminos y muchos masters, o se doctore en Exactas si luego no se relaciona bien?

Exacto. ¿Para que sirve tanta formación si no son felices o no tienen trabajo? Hay habilidades que están por encima de la preparación que es la humanidad.

El grupo de amigos les influye mucho y hasta les llega a imponer los comportamientos. ¿Cómo afrontar esos casos?

Pues si. Eso tiene que ver con el trabajo de base d elos padres. Si tu has hecho tú trabajo de base, si has trabajado la organización, el respeto, y la curiosidad, los amigos no influye tanto. A los diez años cuando empiezan a entrar en pandillas ya están criados, poco puedes hacer después. La base la tienes y queda confiar en él. Los que no han sido padres todavía o tienen niños muy pequeños deben saber que el trabajo está casi hecho los siete u ocho años .

¿Quiere decir que el carácter de un niño está formado a los ocho años?

Si a los ocho años ya se sabe si es un niño dependiente, si está aferrado a su familia o no. A partir de ahíno le podemos decir por aquí o por allí, ya solo se puede emplear el modelaje, ser modelo para ellos. Si nosotros somos felices, pues ellos querrán ser como nosotros ,y si no, será todo lo contrario.

¿Los padres hacemos demasiado a los hijos y con ese afán de protección les perudica más que beneficiarles?

Eso es lo peor que se puede hacer. Por eso, lo que he abordado en las II Jornadas de Inteligencia Emocional que se han celebrado en el teatro Víctor Jara es una metodología a los padres para que hablen con sus hijos para que se responsabilicen de lo que hacen, y no dar órdenes continuamente que no sirven para nada porque a veces no se acuerdan de lo que les hemos dicho. Hay que tener relaciones de tú de tú, de preguntar, yde interesarse de verdad por lo que sientes.

¿Es como ponerse en el papel del hijo porque olvidamos que también fuimos jóvenes?

Todos nos olvidamos. Todo el mundo cuando tiene hijos olvida su adolescencia. Todos hemos sido igual de petardos, hemos hecho las misma tonterías y parece que no pasaron por eso. Y los hijos son fotocopias de los padres. Hay que relativizar. Además, la adolescencia es una enfermedad que lo mejor es que se pase cuando eres adolescente.

¿Cree que una parte de la actitud machista del niño también la fomenta la madre?

Claro, porque lo maman. Lo que ven es lo que reproducen. Hay dos posibilidades, bien reproducen lo que ven, o hacen todo lo contrario por rebeldía. Lo único que podemos hacer es ser modelos y tratar igual a los que son varones como a las hembras, sin distinción.

Otro de los motivos de lucha con los adolescentes son las marcas. ¿Resulta imposible que no entren en ese juego?

Bueno, aunque la personalidad básica está fraguada a los ocho años, luego viene lo más duro, su posición en el mundo, cómo se presentan ante el grupo y la sociedad. Es verdad, que las marcas les ayudan, como los estilos de ropa, pero todo es parte de una patología que se llama adolescencia. Cuanta más importancia le daremos a eso más durará, pero si le damos prioridad al buen fondo que tiene nuestro hijo y a los buenos sentimientos que tiene y que es responsable, pasará mejor la etapa.