El esperado frente frío proveniente de una gran borrasca situada en el Atlántico norte cumplió con las precipitaciones anunciadas por la Agencia Estatal de Meteorología con cifras que superaron ayer los cien litros por metro cuadrado en algunos puntos de la provincia de Santa Cruz, como la máxima de 94,2 litros recogidos hasta la cuatro de la tarde en La Victoria de Acentejo, Tenerife, o los 73,6 caídos en San Bartolomé de Tirajana.

Si bien son cifras de entidad el plazo de unas siete horas continuas de agua, más mansa que torrencial, salvo de nueve de la mañana a diez en el sur de Gran Canaria, no provocaron mayores destrozos, aunque sí incidentes ocasionales, los principales, la hipotermia sufrida por una persona tras ser arrastrada por el agua en el parque Bellavista de Maspalomas; dos heridos leves por un vuelco en Lomo Perera, y un coche anegado en el túnel de Viuda de Franco; y los 800 niños que quedaron sin clase en el instituto de Arguineguín tras inundarse la biblioteca, el patio central y varias aulas.

Algo que también ocurría en el vecino municipio de San Bartolomé, donde fueron evacuados tres centros escolares, uno de ellos en el barranco de Ayagaures con la intervención de los bomberos.

Momentáneamente la GC-500 a la altura de Patalavaca y de Cercados de Espino, puntualmente, se cerraban al tránsito, así como el acceso a Triana, por desprendimiento de piedras. Y por inundación la CG-500 a la altura de Viuda de Franco y el puente de Sonnenland. Los dispositivos del Cabildo de Gran Canaria y los respectivos ayuntamientos permitían recuperar el tránsito en todas vías a últimas horas de ayer martes.

En el litoral de Mogán y San Bartolomé de Tirajana también se anegaban locales, restaurantes y otros establecimientos, mientras La Aldea, como es habitual en este tipo de situaciones, volvía a ver cerrada la carretera a Agaete a las nueve de la mañana, pero además quedó totalmente aislada durante dos horas y media tras la posterior caída de piedras en la vía que la une con Mogán. En La Aldea corría los barrancos de Tocodomán y el que lleva el nombre de la localidad, y que se alimenta de la cuenca de Tejeda.

Igual ocurría en Tasartico, Tasarte y también en el puerto de Mogán, incluidos los de Puerto Rico, Tauro, Taurito, Patalavaca, Ayagaures..., pero el de Maspalomas era que colmaba de lado a lado para desembocar en la Charca y El Faro, dejando en el mar toneladas de aluviones que pintaban las playas de marrón para alegría de los pescadores por que suponen una entrada de nutrientes que favorece a medio plazo las pesquerías.

65 incidencias en la capital

Tampoco se libraba el desaguadero de Joselito, en Las Burras, y el de San Agustín, para aflojar un tanto esta intensidad en los barrancos del Sureste y Telde, con precipitaciones en torno a los 20 litros por metro cuadrado, aunque en ocasiones caían de manera torrencial provocando problemas en alcantarillas, caideros y algunos rebosos en las vías que hacían finalmente discurrir el agua al mar.

En la capital grancanaria, con 17 litros caídos de las diez a la una de la tarde en Triana, la tormenta obligó a trabajar a los servicios de emergencia y limpieza en un total de 65 incidencias menores, como caídas de cascotes, el corte puntual de la electricidad y también atascos por acumulación de agua en la vía. Por este mismo motivo se cerró el paso peatonal subterráneo de la Avenida Marítima a la altura de la plaza Santa Isabel, y un tramo de la playa de Las Canteras, a la altura de la Cícer.

En el norte el barranco del día era el de la ciudad de Gáldar, a cuyo paso por el puente de los Tres Ojos se convirtió en una pocas horas en un punto de atracción.

En las medianías se cerraba la niebla, con una gran cantidad de caideros descolgados en Moya y los altos de Santa María de Guía y Gáldar que eran visibles en toda la cornisa desde la costa, y donde tampoco hubo que lamentar más que algunos desprendimientos de pequeñas piedras y el derrumbe de un muro en la carretera de los Naranjos, en el término municipal de Santa María de Guía.

Hay que llegar a la playa de Tasarte, en La Aldea para encontrar un suceso asociado a la tormenta, si bien no provocado por ella, cuando los bomberos tuvieron que acudir con baldes a auxiliar en el incendio de un almacén al que no se pudo acceder cuando apenas les faltaban 200 metros por el agua que corría por el barranco. Si bien no hubo que lamentar desgracias personales, sí que se perdieron varios motores fueraborda y una pequeña embarcación.