Más de 400 personas asistieron anoche al acto oficial de reapertura de La Corona de Arucasel nuevo restaurante situado en el antiguo mesón de La Montaña, después de casi dos años y medio cerrado al público y tras una inversión de más de medio millón de euros para rescatar el proyecto original de los años 60, ideado por el reputado arquitecto Manuel de la Peña.

El Mesón de la Montaña se ha rebautizado como La Corona de Arucas. Y, lejos de los añadidos improvisados que existían tras su cierre en el verano de 2012, el nuevo centro gastronómico vuelve a la estética que hizo de este espacio un icono arquitectónico tras su inauguración en 1963.

El presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna, y el alcalde de la localidad, Ángel Víctor Torres, resaltaron durante el acto la apuesta de los nuevos promotores por recuperar este emblemático espacio, que cuenta con unas vistas panorámicas de 360 grados únicas, y que aspira a ser un referente gastronómico y punto de encuentro de la sociedad isleña.

El establecimiento situado a 432 metros sobre el nivel del mar y con una vistas únicas se cerró en el verano de 2012, y desde entonces su propietario, el Marquesado de Arucas, había buscado fórmulas para reabrir este histórico local, pero chocaba con las deudas heredadas y con unas instalaciones que se habían deteriorado. El diseño original es de Manuel de la Peña, (1922-2007), que también ideó edificios tan emblemáticos como el Templo Ecuménico de San Bartolomé de Tirajana, el Real Club Náutico de Gran Canaria y el hotel Folías, en la zona turística de San Agustín, entre otros. Y, precisamente, los nuevos promotores han hecho un guiño especial, haciendo mención a su nombre en el acceso principal, junto a otras imágenes en blanco y negro de aquellos años. Todo ello, junto a una espectacular muestrario de vinos, que preside el salón principal. Además, cuenta con un área dedicada al corte del jamón y un asador, además de reservados interiores para grupos. Y el exterior dispone de un espacio tipo chill out para disfrutar del entorno, que es uno de los grandes atractivos que tiene este emplazamiento, cuya cima permite ver desde sus cuatro miradores panorámicos buena parte del Noroeste de la Isla, la playa de Las Canteras, el Teide y hasta Fuerteventura en los días más claros.

Junto a uno de los grandes impulsores, Rafael Alemán, se encontraban el Conde de la Vega Grande, Rafael del Castillo; y su esposa, María del Carmen Benítez de Lugo; el Marqués de Arucas, Juan Antonio del Río; y el empresario Juan Calderín. Así como los consejeros insulares, Ana Kursón, Antonio Hernández Lobo, Melchor Camón, Carolina Darias y Nayra Alemán; el presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara de Comercio de Gran Canaria, Santiago de Armas; los presidentes de las patronales Adipymes, Antonio Medina; y Casco Histórico, Adrián García; representantes del distintos grupos políticos insulares y del Ayuntamiento, muchos empresarios, altos cargos militares y de la Guardia Civil, y de la sociedad local.

Mientras, un grupo de activistas antipetróleo increpó a los asistentes en la subida a la Montaña, rodeados por guardias civiles.