Gran Canaria comienza a recuperarse del temporal de viento que se levantó el viernes. Pero, de momento, dos carreteras permanecen cerradas al tráfico, como es la conexión entre Artenara y Tejeda que se vio afectada por el anterior aguacero y una vía interior de Teror. Mientras, los servicios insulares atienden cerca de 120 incidencias en los municipios.

El mal tiempo pasó factura a las comunicaciones. Las carreteras afectadas son las GC-210 que une Artenara y Tejeda, en la Cumbre, que sufrió desprendimientos durante el anterior temporal, y que requiere un plan de actuación especial para retirar las enormes piedras que obstaculizan el paso de vehículos. De momento, el servicio de Carreteras sigue sin poder reabrir esta vía, que es fundamental para las comunicaciones de los habitantes del Centro de la Isla, así como para los turistas en sus recorridos por el interior.

A su vez, también se clausuró por precaución la carretera interior entre el puente viejo y San José del Álamo, en el municipio de Teror. Se trata de un pequeño tramo de unos 350 metros, que apenas se usa ya por los conductores, al tener otra vía alternativa, por lo cual su incidencia es mínima.

El resto de las vías permanecían abiertas hasta la tarde de ayer, si bien los conductores que pasaron por muchas de ellas tuvieron que circular con precaución como consecuencia de la caída de ramas, de árboles y a los desprendimientos, que pudieron ser solventados por el personal de mantenimiento de carreteras y otros servicios públicos, que han estado en situación de alerta ante las condiciones meteorológicas durante estas últimas horas, según el consejero insular de Obras Públicas, Carlos Sánchez.

Mientras, el Consorcio de Emergencias de Gran Canaria calcula que durante la jornada de ayer se registraron cerca de 120 incidencias, que obligaron a su intervención.

El dispositivo especial estaba formado por 44 bomberos de una docena de agrupaciones.

El tiempo provocó el desprendimiento de una rama en un vehículo en Santa Brígida ayer, dejando leves desperfectos. Además, numerosas carreteras se vieron afectados por las piedras. Y la lluvia anegó algunas casas, sobre todo en muchos núcleos situados en primera línea de mar, como es el caso de Moya y Arucas.

En cualquier caso, desde las 18 horas de ayer se reanudaron todas las actividades promovidas por la Corporación Insular, salvo las relacionadas o que se desempeñen en espacios al aire libre. Desde el viernes se mantienen cerradas todas las áreas recreativas gestionadas por la Consejería de Medio Ambiente, para evitar posibles accidentes.

Cortes de luz

La compañía eléctrica Endesa logró ayer tarde restablecer prácticamente todo el servicio de suministro de electricidad, después de que en horas de la mañana se vieran afectados hasta 2.500 clientes en Canarias. Según fuentes oficiales, estaba previsto también que se reactivara la luz en Pico de La Gorra, entre San Mateo y Tejeda, que era la única zona de Gran Canaria que se encontraba afectada.

La empresa mantuvo un dispositivo de casi 250 trabajadores para solucionar las múltiples incidencias que se fueron detectando en el Archipiélago, además de los cortes preventivos. En Parque Holandés, en Fuerteventura, se llevaron a ver afectados durante la madrugada pasada hasta 700 clientes.

El Cabildo de Gran Canaria destacó que ayer fue la jornada más intensa de trabajo en este último temporal. Y que se mantendrá la máxima actividad durante las próximas horas, aunque incluso baje o cese la citada alerta, "por todas las incidencias que deja atrás a su paso el fuerte viento reinante y que se irán atendiendo a medida que se van detectando".

En Gran Canaria se mantiene activado este dispositivo de emergencia, pese a la mejoría de las condiciones. Sobre todo en los servicios de carreteras, ante la amenaza de nuevos desprendimientos.