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Agaete

Tiempo de naranjas en Agaete

Los agricultores de la Isla recolectan el cítrico en su mejor época del año

Tiempo de naranjas en Agaete

En plena temporada de naranjas del país. Los agricultores de Gran Canaria, que llevan desde el mes pasado recolectando los frutos de sus naranjeros, continúan sin descanso con esta labor que se extenderá hasta febrero, cuando se acaba esta época de recogida de las naranjas de la Isla. En la famosa finca La Laja, situada en el Valle de Agaete, no iba a ser menos. Con muchos frutos aún por recoger, las ramas de sus árboles siguen decoradas con estas esferas naranjas colgantes, conformando un bonito paisaje en los terrenos de la propiedad. El dueño, Inocencio Lugo García, cuenta que "ahora estamos recogiéndolas a toda mecha, porque luego llega la época de la poda de la parra; aquí nunca paramos a lo largo de todo el año".

Según explica Inocencio Lugo sobre el terreno, son cinco los trabajadores los que se encargan de recolectar los 200.000 kilos que producen los 1.200 matos que están en sus tierras, y que aportan a la fruta una serie de condiciones muy particulares.

"Los cítricos de esta zona se diferencian por la altitud y la variedad de aguas; es un tipo de naranja muy bueno, y es mucho más dulce y sabrosa", señala antes de apuntar que la mayor parte de la producción se vende tanto a El Corte Inglés como a la cadena de supermercados Spar.

En palabras de Fernando de la Fuente, de la Granja del Tío Isidro en Jinámar, climatología, altitud y tipo de suelo son los factores que determinan las características de la naranja. "En la zona baja de Telde, por la altitud en que se encuentra, se da una naranja que madura más temprano y que da bastante zumo. A medida que vamos subiendo y pasamos de la cota 200 ó 300, ya es una naranja más tardía", comenta.

Las del Valle de Agaete son más tardías que las de otras zonas más bajas. "Y son naranjas bastante grandes y con bastante sabor", agrega de la Fuente, que aclara que este año, sin embargo, "no ha sido un buen año para las naranjas, porque no ha habido verano; la naranja crece con el calor y luego madura con el frío, y como no hizo mucho calor ha crecido más lentamente y ha tendido a crear más piel; este año tienen algo más de materia seca que otros años. Esto ha sido algo generalizado en toda la Isla".

"Naranjas buenas hay en todos lados", prosigue, "la clave es la picaresca de mercado; nosotros empezamos antes la recolecta porque nuestra naranja está dulce para comer antes que las de medianías, que hasta que no están del todo de color naranja no están lo suficientemente dulzonas".

En cuanto al tipo de tierra, en la zona de costa los terrenos normalmente son más arenosos, "y a la naranja le viene bien que el suelo drene bastante y que sea permeable", asegura el agricultor. En medianías nos encontramos con tierras más arenosas que retienen más agua, y eso cambia las características de la fruta. "De hecho, nosotros regamos cuatro veces a la semana y en medianías se riega una vez cada tres semanas", apunta.

Las naranjas de la familia navel, que es a la que pertenecen las del Valle de Agaete, se caracterizan por ser bastante jugosas y dulces. Aún perteneciendo a la tipología navel, en la finca de La Laja se dan dos variedades de naranja diferentes, una de ellas algo más dulce que la otra. "Ambas, únicas", valora Lugo.

En estas tierras, donde llevan 22 años, tras la poda de la parra llega la época del café, y luego la vendimia, para, a finales de año, comenzar de nuevo el ciclo con la temporada de la naranja. Es por esto que en Navidades es típico y bastante tradicional recurrir, en numerosas ocasiones, a regalar una caja de esta fruta, que además de sabrosa es también muy vistosa, en especial cuando es más intenso el color que le da nombre. Y eso sin contar las muchas propiedades y beneficios que poseen para la salud de los que la consumen, como la esencial vitamina C.

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