El Cabildo de Gran Canaria está reproduciendo la excepcional bóveda prehispánica de Risco Caído, en Artenara, en el nuevo centro de interpretación que se está levantando en el casco del mismo municipio, con el objetivo de crear un referente de la riqueza arqueológica del interior de la Isla legada por los antiguos canarios.

La localidad de Artenara disfrutó de uno de los mayores patrimonios prehispánicos, tanto por su número de yacimientos, entre los que hay que citar las cuevas del Caballero, de Cagarrutal, Las Manchas y Los Candiles, como por la importancia de estos, entre los cuales destaca Risco Caído, ubicado en las vertiente norte de la localidad cumbrera, en las laderas que dan hacia las tres presas de Los Pérez, Los Hoyos y Lugarejos.

Descubierto por el arqueólogo Julio Cuenca en los años 80 no es hasta 2009 cuando el especialista descubre que las inserciones realizadas en bóveda y paramento de la sala circular atienden a una suerte de reloj solar que pasea la luz del sol, proyectada con forma de falo, por sus 70 grabados durante seis meses a partir del solsticio de verano.

Esta cualidad lo hace único en el Archipiélago y para preservar y difundir Risco Caído, la consejería de Patrimonio -y al igual que se hizo con Altamira, reproduciendo su sala en la llamada Neocueva-, proyectó su réplica en un edificio ubicado en el casco de Artenara con una superficie de 400 metros cuadrados. Las obras, adjudicadas a la empresa Matías García García por 104.537,42 euros, fueron visitadas ayer por el coordinador de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos, Larry Álvarez, quien informó que transcurren al ritmo esperado, para subrayar que con ellas, además, se protege un yacimiento "extremadamente frágil, según los estudios encargados por la Corporación a geólogos independientes y a otros vinculados al Instituto Eduardo Torroja del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), así como a arquitectos y especialistas en restauración y conservación".

El complejo arqueológico es a su vez parte de un mundo troglodita en el que se suceden entre barrancos, recovecos imposibles y mesetillas los espacios habitacionales, de ritual y de almacenaje, todos ellos en cuevas artificiales, de La Gloria, El Tablao, Hoya Casa, El Andén, El Pedregal, Era de Las Toscas, El Majadal, Las Lajillas, El Solapón, La Poza, Telde, El Pocillo y La Solaneta, que junto al resto de los yacimientos de la localidad cumbrera formaban la mítica Artevirgo y que tiene en Risco Caído la guinda del entramado.

Compuesto por diferentes cuevas y estancias fue adquirido por el Cabildo en 2012, dada su singularidad. Una singularidad que lo hace, según las mismas fuentes, no solo objeto de un estudio pormenorizado que incluye a especialistas en astronomía para definir el auténtico sentido bien sea como soporte ritual o herramienta agrícola, sino digno de su inclusión como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Con este fin el Cabildo organiza con carácter anual unas jornadas en las que convoca a diferentes expertos mundiales en la materia para avanzar en un proceso que no ha dejado indiferente a nadie, ni siquiera al mismísimo representante del organismo internacional, Clive Ruggles, que en la primera convocatoria de 2013 aseguraba sentirse fascinado por sus características, si bien apuntaba que ahora se deben demostrar cualidades realmente excepcionales para su incorporación al catálogo.

Para ello el Cabildo, con un nutrido grupo de especialistas, continúa investigando sobre el terreno y esperando al próximo 21 de junio día en el que, un año más y van cientos, el reloj volverá a hablar.