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45 Aniversario de las Fiestas del Almendro en Flor

El pueblo de Tejeda premia al Parador Nacional con el Almendro de Plata

Los trabajadores Aurelio Rodríguez y Cándida Marrero harán una semblanza del centro en el pregón

Tejeda ya es uno de los pueblos más bonitos de España. LP/DLP

El Ayuntamiento entregará esta noche tras la lectura del pregón, que comenzará a las ocho y media de la tarde en el centro cultural Alfredo Kraus, el premio Almendro de Plata al Parador Nacional de Cruz de Tejeda, un galardón con el que premia a un establecimiento al que debe gran parte de su propia idiosincracia.

El reconocimiento al centro, y especialmente a sus trabajadores, se realizará tras el anuncio de la fiesta, a cargo de Aurelio Rodríguez, y Cándida Marrero, vinculados al hotel desde hace décadas, y que dedicarán el texto a desgranar su historia desde que se fundara como albergue en un agosto de hace ahora 77 años.

Su actual director, Gonzalo Alejo Mielgo, mostraba ayer a este periódico su "agradecimiento al Ayuntamiento y pueblo de Tejeda por su decisión de otorgarnos la principal distinción de la localidad, que subraya la contribución al municipio de los cientos de trabajadores" que han pasado por sus instalaciones. La misma fuente resaltaba la dedicación de un personal que mayoritariamente proviene de la misma Tejeda y de su entorno. En estos momentos, y tras su última y exhaustiva restauración en el año 2009, emplea a 30 personas para atender 43 habitaciones con un total de 90 camas.

Se trata, según resaltaba Gonzalo Alejo Mielgo, de un establecimiento especialmente querido por los canarios e ilustraba este afecto con el dato de que un 30 por ciento de sus clientes son del país, frente a un 15 por ciento nórdicos y otro tanto de origen alemán.

Pero no siempre fue así. Según Aurelio Rodríguez, de 57 años y que comenzó su andadura profesional allí con solo 16, recuerda que el público favorito del entonces albergue, "continuidad de unas primeras cabañas de madera, al igual que la cruz que luego dio nombre al sitio", provenían de Estados Unidos y Canadá "con bastante nivel adquisitivo".

También el paisaje era otro, prácticamente desértico, sin apenas una sombra donde cobijarse en los duros meses de verano tras la tala de siglos que comenzó en el primer minuto tras la Conquista. Rodríguez afirma que buena 'culpa' de las carreteras, de las comunicaciones y del atractivo y conocimiento de Tejeda para turistas y nativos se centra en la presencia del hoy Parador Nacional de Turismo. Rodríguez sostiene que aquellos inquilinos "se quedaban alucinados por las vistas".

Lo mismo destaca Cándida Marrero, de Las Lagunetas, San Mateo, y que lleva tres décadas entre sus paredes y espectaculares terrazas, al afirmar que muchos de ellos "tras recorrer los más variados países del mundo aseguraban que jamás habían visto un paisaje tan rotundo como éste".

Marrero, a pesar de estos 30 años de servicio, tampoco se cansa "de verlo, porque ofrece tal paz y serenidad que muchos de los clientes que llegan con sus medicamentos para los nervios y para dormir, cuando se van, se dejan la medicación aquí, y no es broma: pasa muy a menudo".

Cándida se confiesa "enamorada del Parador y de su gente", al igual que una clientela "que repite".

Un spa colgado del mundo

Una clientela que, como explica el director, sabe perfectamente a donde viene, por muy lejos que resulte su procedencia. "Son turistas que estudian previamente el destino y cuando llegan recorren sus senderos, practican sus deportes favoritos", y "les falta tiempo para disfrutar de todo", remata Marrero.

Y es que, además de su renovado servicio de restauración, sus cómodas habitaciones y el hecho de que está ubicado en el ombligo detodos los senderos, el establecimiento cuenta con un spa colgado del mundo que, según termina de calificarlo Cándida, "es lo mejor para abandonar un tratamiento".

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