El tiempo se ha olvidado de la primavera. El Archipiélago ha pasado en una semana de vivir uno de los inviernos más crudos que se recuerdan, con las temperaturas más bajas en los últimos 16 años y unas lluvias continuas que han llenado las presas de la cara norte de Gran Canaria, a un verano con calor y calima que ayer hicieron que el mercurio superara los 28 grados. Y por si fuera poco, el viento también se sumó a la fiesta con rachas que alcanzaron los 97 kilómetros por hora en Izaña, los 84 en Teguise o los 80 en Valleseco.

El cielo se enturbió ayer con la entrada de una intensa capa de polvo en suspensión que difuminó el sol. Y con ello el termómetro se disparó. Lo hizo sobre todo en zonas como La Aldea, que ayer alcanzó la temperatura más alta de todo el país con 28,5 grados centígrados a las 13.20 horas, el aeropuerto de Gran Canaria, con 27,9°; Mogán, que registró 27,8° durante las horas centrales; o Arucas, que llegó hasta los 27,5°. En Lanzarote y Fuerteventura las temperaturas máximas se registraron en Teguise y Antigua, con 25,9 y 26,2 grados respectivamente.

El viento también sopló con intensidad en las Islas. Sobre todo en el Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, en Tenerife, que registró la mayor racha del día con 97 kilómetros por hora. En la provincia de Las Palmas, Teguise marcó la máxima fuerza, con 84, seguida de Valleseco (80), Tinajo (73), Mogán (73) y Tejeda (71). En la capital grancanaria el fuerte viento provocó que los bomberos actuaran en 25 incidencias.

Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) apuntan a que el siroco seguirá durante la jornada de hoy, en la que se mantiene el aviso amarillo por calima y vientos en prácticamente todo el Archipiélago. De cara a mañana se espera que remita el polvo gracias al regreso de los vientos alisios, que traerán nubosidad y un descenso de temperaturas.